Hace 11 meses que fue aprobado en Chile el aborto en tres causales: riesgo de vida de la madre, la no viabilidad fetal y en caso de violación. Esta semana fue presentado por diez diputadas un proyecto de ley para abortar hasta las 14 semanas de vida.
El proyecto presentado establece que “la penalización del aborto es criminalizar la capacidad moral de las mujeres y su autonomía para tomar decisiones respecto de su vida”.
Se comentaba desde principios de este año que esta propuesta de ley de aborto iba a llegar al Congreso; idea que tomó fuerza con el movimientos y manifestaciones feminista y con la votación llevada a cabo en Argentina.
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Cuando se comunicó que se presentaría esta ley, concurrieron hasta el Congreso de Chile grupos próvida y a favor de esta nueva ley, los cuales se enfrentaron con gritos afuera de la Sala de Diputados y en donde se levantaban pañuelos verdes y celestes colores emblemáticos de esta disputa o lucha por la defensa de la vida.
La respuesta a este proyecto de ley vino de la bancada pro valores cristianos de Chile Vamos (conglomerado de gobierno) para proponer una reforma constitucional donde se consagre el derecho a la vida desde la concepción.
Los diputados Eduardo Durán y Francesca Muñoz, integrantes de la Bancada Pro-Valores Cristianos de Renovación Nacional (RN) rechazaron la iniciativa legislativa. “Nos encontramos en un momento histórico para nuestro país en que tendremos que decidir si respetamos la vida desde la concepción en adelante. Ese ser indefenso que está en el vientre de la madre merece vivir. Por su parte la diputada Francesca Muñoz, manifestó tajantemente que “Chile no quiere aborto libre, y que Chile está por las dos vidas”.
En junio de este año, el Ministerio de Salud (Minsal) dio a conocer las cifras de las mujeres que habían invocado la Ley de Despenalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Tres Causales. De ellos, 309 terminaron en un aborto, mientras que 32 mujeres decidieron continuar con la gestación; es decir, un 9,4% del total.
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Verónica Hoffmann, directora ejecutiva de la Fundación Chile Unido, aseguró que “cuando la mujer es el centro de los programas de acompañamiento, estos se disponen realmente a acogerla, escucharla y acompañarla, desde nuestra experiencia de 19 años acompañando a mujeres con embarazos vulnerables, hemos observado que un 85% continúa con su embarazo”.
Uno de los derechos que estableció la normativa promulgada en septiembre pasado, fue que las mujeres que se encontraran en alguna de las tres causales tenían derecho a un programa de acompañamiento, tanto en el proceso de discernimiento como al decidir si abortar o seguir con su embarazo.
Sin duda a partir de ahora en Chile se comenzará a vivir una situación similar que en Argentina por la discusión de esta ley; no olvidemos que el Papa Francisco en medio del debate en el mes de mayo en la Plaza de San Pedro hizo el siguiente llamado:
“Tutelar la vida desde su concepción hasta su fin natural. El amor por los otros no puede ser reservado a momentos excepcionales, sino que debe volverse la constante de nuestra existencia. Por eso es que estamos llamados, por ejemplo, a custodiar a los ancianos como un tesoro precioso y con amor, incluso si crean problemas económicos y complicaciones”.
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