El sábado recién pasado se vivió una peregrinación más en Santiago. Más de 20.000 jóvenes caminaron 5 kilómetros, desde el centro de la ciudad, para encontrarse con la tumba de San Alberto Hurtado como cada 18 de agosto, día de la solidaridad en donde se conmemora su fallecimiento.
“Estas peregrinaciones son bastante especiales, no son como las clásicas. Son animadas y dinámicas, con sus cantos, juegos y música. Es una buena instancia para demostrar también nuestra solidaridad con los demás”, manifestó José Fernández (25 años) de la parroquia Inmaculado Corazón de María.
Otra caminata tradicional en Chile es la de los jóvenes que van hacia el Santuario de Santa Teresa de Los Andes, más de 80.000 jóvenes peregrinan 27 de kilómetros, los cuales incluye una pronunciada cuesta y mucho calor por la época en que se realiza, pero nada impide la esperanza y la alegría de los jóvenes por participar.
“He realizado dos veces la caminata como peregrina y una vez de servicio, atendiendo a los jóvenes, ha sido una experiencia de alegría, pero también de cansancio y de no seguir; es esos momentos de desierto que uno siente al Espíritu Santo que te impulsa, uno siente que todo este esfuerzo vale la pena. Ser católico vale la pena”, dice emocionada María José de la Parroquia La Anunciación.
Cada 8 de diciembre la Ruta 68, carretera que une Santiago con la Región de Valparaíso, se interrumpe el tránsito a todo tipo de vehículos para dar paso a más de un millón de personas que caminan hacia el Santuario de Nuestra Señora Purísima de Lo Vásquez. Muchos de ellos van de rodillas, otros en bicicleta y la gran mayoría caminando para ese encuentro con la Virgen; para dar gracias o pedir por algún milagro.