Se pone en marcha una campaña de cara a la canonización de “Romero de América” el próximo mes de octubre en El VaticanoTras haber celebrado la peregrinación “Caminando con San Romero para construir la paz”, los salvadoreños –encabezados por el cardenal Gregorio Rosa Chávez y el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas—inician hoy, 15 de agosto, una campaña de cara a la canonización de “Romero de América” el próximo mes de octubre en El Vaticano.
La campaña –cuyo nombre no podría ser más enfático: “Romero en mi casa”– comienza justo en la festividad de la Asunción de la Virgen María y en el 101 aniversario del nacimiento del obispo asesinado el 24 de marzo de 1980 cuando celebraba Misa en la capilla del Hospital Divina Providencia, en San Salvador.
La ingeniosa campaña consiste en celebrar el aniversario del natalició del beato distribuyendo por cada casa una planta de romero. Las plantas comenzarán a distribuirse desde hoy y hasta el 14 de octubre próximo, cuando el Papa Francisco lo proclame santo, siendo el primer santo de El Salvador. “Romero en mi casa” es una campaña organizada por el arzobispado de San Salvador en honor de la vida y el martirio de Romero (quien fuera beatificado en 2015).
El anuncio de la campaña fue hecho el 4 de agosto en la parroquia Monseñor Romero del pequeño pueblo donde nació: Ciudad Barrios (localizada a cuatro horas al este de San Salvador)
En palabras del obispo auxiliar de San Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, la campaña de una planta de romero en cada casa quiere significar la presencia de San Romero “en mi corazón”. Esto significa, dijo el purpurado, “que cada familia acepta ser modelada por el amor y las enseñanzas de San Romero, y que desea seguir su ejemplo”.
En la homilía del 4 de agosto, el cardenal Rosa Chávez recordó que el beato Romero “alguna vez dijo que nada es más importante que la vida, porque la vida es sagrada”. Rosa Chávez era, en 1980, colaborador muy cercano de Romero.
La iniciativa del arzobispado de San Salvador podría parecer un mero juego de palabras entre el apellido de monseñor Romero y el árbol de romero. Pero va más allá. Se basa en una línea que escribió Romero cuando estudiaba en Roma, en la Universidad Gregoriana: que él llegó a Roma como “un romero”, es decir, como un peregrino.
Durante la peregrinación que fue de San Salvador a Ciudad Barrios, se unieron a ella más de cinco mil peregrinos. En el camino, los participantes se refirieron a Romero como “el santo de América”, un motivo que fue, posteriormente, proclamado desde el altar del templo dedicado a su memoria en su pueblo natal.
La Iglesia católica reconocerá, formalmente, la santidad del beato Romero durante el Sínodo de los Obispos sobre la Juventud que se llevará a cabo en Roma del 3 al 28 de octubre de este año.
El segundo milagro aprobado por El Vaticano –y que le abrió la vía de la canonización—fue la inexplicable recuperación de una mujer embarazada que sufría del Síndrome de HELLP. La mujer se recobró después que su familia y miembros de su comunidad neocatecumenal invocará en oración la intercesión de Romero.
Ahora le hará una falta enorme a América Latina invocarlo, para no volver jamás a los tiempos de guerra civil, como la que se desató en El Salvador tras el asesinato de este enorme referente del catolicismo latinoamericano y su opción preferencial por los pobres y los marginados.
Con información de Silvia Galdámez para Angelus News