Sophie tenía miedo de defraudar a sus papás. Pero su padre sabía lo mucho que se había esforzado
¿Quién no se ha sentido frustrado por haber recibido una maña calificación escolar después de haber trabajado mucho?
Recuerdo que un día fui triste a mi profesor de repaso de latín y griego, porque mi profesora me había corregido un trabajo y lo había calificado como insuficiente. Él miró la hoja atentamente, hizo sus correcciones y después me dijo: “para mí este trabajo era de seis y medio”. Y lo puso por escrito para que quedara constancia. En ese momento tuve un gran sentimiento de ligereza y de satisfacción. Pené: valgo, mi sacrificio no ha sido en vano.
El temor de defraudar a los padres
Sophie, una niña australiana de 9 años que sufre autismo, vuelve a casa llorando, temiendo defraudar a sus padres con un informe escolar lleno de suspensos. Su padre Shane la sorprende con un gesto sencillo pero eficaz, que no solo le devuelve el buen humor sino que le recuerda cuanto vale.
El papá decide escribir un nuevo boletín subrayando las características que distinguen a su hija y que la convierten en una niña única y especial. Así, Sophie se gana un montón de notables y sobresalientes: en simpatía, amor a los perros, hija mejor para siempre, imaginación…
El padre: lo que cuenta es el esfuerzo… no el resultado
“Trabajó duramente y hemos visto algunas grandes mejoras. Éramos realmente optimistas sobre el hecho de que mejorarían los resultados. Después Sophie recibió el boletín y quedó realmente defraudada: trabajó tanto que pensaba que había subido de nivel respecto al año anterior. Nosotros sabemos que trabajó duramente, sea cual fuere el resultado” (Vanity Fair)
A la niña se le diagnosticó un trastorno del espectro autista a la edad de tres años, pero hoy asiste a la escuela normal, y a un curso tres veces por semana (Vanity Fair).
“Por esto pensé hacer un resumen de todo lo que hace a Sophie única. A ella le gustó y se volvió optimista cuando se lo dí: surtió el efecto que yo buscaba” (Ibidem).
El post en Twitter obtuvo miles de comparticiones y muchísimos comentarios de profesores, padres con hijos afectados por el mismo trastorno, y usuarios conmovidos. También Sophie aprobó a Shane acon buenas notas: Sobresaliente como “mejor papá por siempre» (Ibidem).
Sentirse amados
Todos necesitamos saper que somos amados tal y como somos, sin pensar en que tenemos que merecerlo. El Papa Francisco lo dijo en una hermosa catequesis:
Ninguno de nosotros puede vivir sin amor. Y una fea esclavitud en la que podemos caer es la de creer que el amor haya que merecerlo. Quizá gran parte de la angustia del hombre contemporáneo deriva de eso: creer que si no somos fuertes, atractivos y guapos, entonces nadie se ocupará de nosotros. Muchas personas hoy buscan una visibilidad solo para colmar un vacío interior: como si fuéramos personas eternamente necesitadas de confirmaciones. Pero, ¿os imagináis un mundo donde todos mendigan motivos para suscitar la atención de los otros, y sin embargo ninguno está dispuesto a querer gratuitamente a otra persona? Imaginad un mundo así: ¡un mundo sin la gratuidad del querer!
Parece un mundo humano, pero en realidad es un infierno. Muchos narcisismos del hombre nacen de un sentimiento de soledad y de orfandad. Detrás de muchos comportamientos aparentemente inexplicables se esconde una pregunta: ¿es posible que yo no merezca ser llamado por mi nombre, es decir ser amado? Porque el amor siempre llama por el nombre… (Vatican.va)