Parece que fueron los galeses – y no los extraterrestres – los que construyeron el singular monumentoUn estudio innovador con tecnología moderna afirma haber identificado a los constructores del monumento más misterioso de Inglaterra.
Los exámenes previos del círculo de piedras en Wiltshire se han centrado en los enormes pilares de un tipo de piedra conocida allí como bluestone, una designación para piedras, por lo general ígneas, que no proceden del lugar donde se encuentra Stonehenge, sino de mucho más lejos (y que son parte del origen del misterio de cómo llegaron aquellas rocas tan enormes a su ubicación actual). Sin embargo, fue en los restos humanos enterrados en el lugar donde los expertos encontraron indicios que sugieren que los constructores pudieron haber sido galeses.
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Los 25 restos incinerados fueron descubiertos por el coronel William Hawley en la década de 1920. El equipo de Hawley los encontró excavando en 56 fosas que salpican la circunferencia interior y la zanja del monumento, unas fosas que también se conocen como “agujeros de Aubrey”. Hawley carecía de los medios para examinar los restos con más detalle y los volvió a enterrar para un estudio posterior, que ha comenzado ahora, casi 100 años después.
El nuevo examen de estos restos mortales ha identificado las regiones de su procedencia. Según informa Fox News:
Un nuevo e innovador análisis de los 25 restos humanos incinerados enterrados en el monumento prehistórico de Wiltshire ha revelado que 10 de [los individuos] no vivían cerca de las bluestones.
En cambio, vinieron del oeste de Gran Bretaña, y la mitad de esos 10 posiblemente vino desde 140 millas [unos 225 km] de distancia en el suroeste de Gales (hasta donde se han rastreado también los primeros monolitos de Stonehenge).
Los 15 restantes podrían ser locales de la zona de Wiltshire u otros descendientes de migrantes del oeste.
El estudio señala que lo más probable es que se tratara de una mezcla de hombres y mujeres, todos de alta condición social. No se sabe si los individuos murieron poco antes del entierro en Stonehenge o si sus descendientes trajeron sus huesos de vuelta a Stonehenge varias generaciones después. Los huesos más antiguos se dataron alrededor del año 3.000 a.C., seguidos de los demás dentro de un intervalo de 500 años.
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El autor principal del estudio, John Pouncett, afirmó que “el rango de fechas plantea la posibilidad de que durante siglos podría haberse llevado a personas a Stonehenge para ser enterradas con las piedras”.
El equipo de científicos, liderado por investigadores de Oxford, no puede decir con certeza que se tratara de los verdaderos constructores de Stonehenge, pero al datar los restos encontraron que la fecha de cremación más temprana coincidía con la de las primeras piedras bluestones que componen el círculo interior.
El estudio, publicado en Scientific Reports, descubrió que las personas y los materiales fueron transportados entre Wiltshire y Pembrokeshire, a casi 160 km de distancia. Algunas de estas personas, dice el estudio, decidieron establecerse en Wiltshire.
El descubrimiento clave se produjo cuando los investigadores reconocieron que la cremación a temperaturas extremas puede cristalizar un cráneo y almacenar la firma química de sus orígenes. El coautor doctor Christophe Snoeck demostró que los huesos cremados pueden conservar su composición isotópica de estroncio. Dijo que “cerca del 40 por ciento de los individuos cremados no pasaron el final de su vida en Wessex, donde se encontraron sus restos”.
Pouncett concluyó: “Los restos incinerados de los enigmáticos agujeros de Aubrey y la cartografía actualizada de la biosfera sugieren que los habitantes de las montañas Preseli no solo suministraron las bluestones que se utilizaron para construir el círculo de piedras, sino que también se mudaron con ellas y fueron enterrados allí”.