Hoy en día, la localidad de Eresing es un pequeño pueblo de 2.000 habitantes en la tranquila campiña bávara, en el sur de Alemania. Sin embargo, justo después del final de la Segunda Guerra Mundial, un monasterio situado a pocos kilómetros de esta idílica aldea rural fue el escenario de uno de los aspectos más ignorados de la historia del Holocausto: los campos de desplazados dirigidos por estadounidenses.
Para entender cómo un monasterio benedictino se convirtió en el emplazamiento de un campo de personas desplazadas (instalaciones en la Alemania ocupada por los Aliados donde los refugiados del Holocausto fueron alojados temporalmente después de la guerra), tenemos que volver sobre la historia de los monjes benedictinos de la zona.
Durante el siglo VII, Eresing fue una de las zonas evangelizadas por monjes de la orden de San Agustín. Los hermanos construyeron una abadía y una escuela monástica que pronto se convirtió en uno de los principales centros de enseñanza superior de Europa occidental.
En 1884, Andreas Amrhein, un monje de la arquiabadía de Beuron en la región del Danubio, buscaba un nuevo lugar para construir una comunidad que pudiera combinar el estilo de vida benedictino con el trabajo misionero, algo que sentía que faltaba en Beuron.
Inicialmente se estableció en una ciudad bávara diferente, Reichenbach am Regen, pero después de encontrarla demasiado remota, trasladó la congregación a Emmin, una pequeña región cerca de Eresing. Fue entonces cuando nació “la congregación de Ottilien” (en honor de la patrona del monasterio, santa Ottilia u Odilia).
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.