Una persona que no te cae simpática; una situación injusta; un comentario que duele… Sientes ira, enojo, antipatía pero ¿cómo te comportas? Eso es lo que realmente importa. Pretender el control total de nuestras emociones implicaría un control absoluto de todos los factores externos, que como sabemos, por lo general son independientes de nosotros mismos. A nivel de sensación y percepción, nuestro metabolismo recibe todo tipo de estímulos, incluso aquellos que nosotros no desearíamos.
Por otra parte, lo que cuenta como valor objetivo es nuestro comportamiento, lo que realmente decidimos hacer pese al tipo de estímulos que recibimos del exterior. En este sentido interviene nuestra inteligencia, nuestra capacidad de discernir y por ello de elegir y de ser responsables.
No podemos controlar totalmente los estados de ánimo, las emociones y sensaciones que sentimos y percibimos, pero podemos sin lugar a dudas decidir en cada momento lo que queremos hacer ejercitando nuestra libertad.
Lo importante es distinguir entre el valor de nuestros actos libres y las reacciones fisiológicas inevitables de los estímulos externos.
La formación integral contempla también la educación emocional y del propio comportamiento.
El verdadero ejercicio de nuestra libertad y por ello de la responsabilidad de nuestros actos, está en el comportamiento, en los hechos.
Podemos siempre crecer en la capacidad de autocontrol y gestión del mundo emocional, pero sentir y percibir es algo que nuestro organismo continuará a gestionar de manera instintiva. La libertad humana se demuestra con el desarrollo de dos grandes facultades: la inteligencia y la voluntad.
Diferencia entre emociones y sentimientos
El paso sucesivo después de la sensaciones, como consecuencia de la percepción de los sentidos, son las emociones y los sentimientos.
- Una emoción es una reacción compleja del cerebro ante un estímulo externo (algo que veo, u oigo) o interno. (pensamiento, recuerdo, imagen interna). Las emociones surgen sin un particular análisis por nuestra parte. Esto no impide la posibilidad de analizarlas y de crecer en nuestra inteligencia emocional y nuestra capacidad de ser conscientes de lo que vivimos en cada instante. Pero tenemos que tener claro que el control de nuestro mundo emocional en su totalidad no es posible. Si es posible el control de nuestras acciones, siendo conscientes que el ser humano no goza de la perfección en su actuar. La búsqueda de una continua superación es ya un óptimo camino.
- Un sentimiento es la suma de emoción + pensamiento. Es la experiencia subjetiva de nuestra experiencia emocional. Una emoción se transforma en sentimiento en la medida que uno toma consciencia de ella. Es decir, en el sentimiento interviene además de la reacción fisiológica un componente cognitivo y subjetivo. Un sentimiento por tanto, se da cuando etiquetamos la emoción y emitimos un juicio acerca de ella.
Los sentimientos suelen durar más tiempo que las emociones. Estos últimos durarán el tiempo que pensemos en ellos. Los sentimientos se dan después de las emociones no hay sentimiento sin emoción.