Albar Tessier se puso en marcha y cumplió su objetivo, tal cual se confirmó recientemente. Luego de haberse aclimatado por varios días a orillas del famoso Lago Titicaca, este joven invidente francés había emprendido una caminata de 140 kilómetros a través del Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal en el mundo (más de 10.000 kilómetros) ubicado en Bolivia a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar.
Para Albar, profesor de francés de niños invidentes en Nantes, se trataba de uno de los viajes más importantes de su vida, algo que lo terminó convirtiendo en gigante en medio de este inmenso “océano” de sal.
El recorrido trazado, en el departamento de Potosí, entre las ciudades de Llica hasta Kolchani, estaba previsto que se realizara en siete días, confirmaba un comunicado del Ministerio de Culturas y Turismo. Para ello contó con el apoyo un Sistema de Posicionamiento Global (GPS) auditivo. Además, señalaba el ministerio previo al viaje, llevaba consigo 40 litros de agua, comida para un día (de forma diaria se le iba suministrando), un equipo de caminata, de camping y protección para el frío.
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