La nominación del juez Kavanaugh para integrar el máximo tribunal de Estados Unidos abre la posibilidad de invalidar el aborto El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha elegido, como candidato a la Corte Suprema de esa nación al juez federal de apelaciones en Washington Brett Kavanaugh, después del retiro del juez Anthony Kennedy (de quien alguna vez fue secretario) y tras un corto proceso de selección.
Kavanaugh es un católico que trabajó para el fallecido juez Scalia y fue considerado por el presidente Trump como la persona indicada para hacer que se cumplan las exigencias de la ley y de la Constitución de Estados Unidos de América. Trump dijo a la prensa que el nominado al máximo tribunal de esa nación tiene “credenciales impecables”.
Kavanaugh nunca ha escondido su fe católica y ha dicho que su intención es vivir bajo el lema de la preparatoria jesuita para varones asociada a la prestigiosa Universidad de Georgetown, en el Estado de Maryland, donde estudió. El lema “Ser un hombre para los demás”, subraya el nominado a la Suprema Corte, es el que ha guiado su actuación jurídica.
Junto con monseñor John Enzler, de quien fue monaguillo, dedica ahora parte de su tiempo al servicio de los más pobres, a través del trabajo voluntario en Cáritas de Washington. Enzler es el presidente de esta institución en la arquidiócesis de la capital de Estados Unidos.
Además, Kavanaugh también es el entrenador del equipo de baloncesto femenino de su parroquia, bajo el apodo de “Coach K”, al igual que el conocido entrenador en jefe de baloncesto del equipo de la Universidad de Duke, Mike Krzyzewski.
Informing the Republican Senators of my nomination of Judge Brett Kavanaugh. #SCOTUS pic.twitter.com/O5cAaVAtQt
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 10, 2018
¿Mayoría católica en la Corte Suprema?
Kavanaugh dijo en conferencia de prensa el pasado lunes que si lo eligen para estar en la Corte Suprema (su nominación tiene que pasar por el Senado, de mayoría Republicana), él “mantendría la mente abierta en todos los casos” y “siempre se esforzaría por preservar la Constitución de los Estados Unidos y el estado de derecho estadounidense”.
Si es ratificado será uno de los cinco jueces católicos en la Corte Suprema, junto con su presidente, John Roberts y los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito y Sonia Sotomayor.
Kavanaugh, de 53 años, es un graduado de la escuela de leyes de la Universidad de Yale, y actualmente sirve en el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia, donde es autor de más de 280 proyectos de opinión.
Su biografía en el sitio web de la Corte señala que él es un lector habitual en su iglesia, el Santuario del Santísimo Sacramento en Washington. También es voluntario del programa St Maria’s Meals en Cáritas, tutor en la Academia Jesuita de Washington y miembro de la John Carroll Society, un grupo de abogados y profesionales católicos.
Finalmente, el Comité Judicial del Senado llevará a cabo audiencias para interrogar al candidato y, si el Comité lo aprueba, se votará a favor o en contra del nominado en el pleno del Senado y se debe aprobar por mayoría simple o 51 votos a favor.
El futuro del aborto en Estados Unidos
La nominación del presidente Trump –han escrito medios especializados estadounidenses- puede otorgar el quinto voto necesario para invalidar Roe v. Wade, el histórico fallo de 1973 que legalizó el aborto en todas las jurisdicciones del Estados Unidos.
“El juez Kavanaugh es un textualista que sospecha del tipo de innovación judicial que condujo al fallo del tribunal. Esa decisión eliminó un asunto de grave preocupación moral -sobre el cual había y sigue sin haber consenso moral público- del proceso democrático”, escriben los editores de la revista America.
Invertir Roe v. Wade no hará que el aborto sea ilegal en todas las jurisdicciones. Simplemente afirmaría el derecho de las personas, a través de sus legisladores, a promulgar la ley, mientras defiende el derecho de la judicatura a decir cuál es la ley.
Por lo tanto, más de 40 años después de que el tribunal anunciara una era de aborto prácticamente a la demanda, los votantes pueden tener nuevamente el derecho de debatir el tema y determinar qué política pública debería regir. Este debería ser un desarrollo bienvenido para los millones de personas que en decenas de encuestas de opinión pública han registrado su objeción a la amplia permisibilidad del acuerdo Roe.
“También debería ser bien recibido por todos aquellos que creen que las democracias deben resolver estos asuntos mediante el argumento y la votación en lugar de hacerlo por mandato judicial”, dice el editorial de la revista de los jesuitas estadounidenses.
America termina diciendo que la posibilidad de revertir Roe aumenta las apuestas en esta batalla de nominación. “Sin embargo, ese cambio potencial que devuelve efectivamente la política de aborto a los estados, ofrece la manera de evitar que el tema siga dominando las futuras nominaciones de la Corte Suprema”.