Encuentro de oración por los cristianos de Oriente Medio en Bari (Italia)
El Papa Francisco y los representantes de las Iglesias de las comunidades cristianas de Oriente Medio se reunieron hoy en Bari, “ventana abierta sobre el cercano Oriente”. En esta ciudad “del encuentro y de la acogida” – dijo el Papa Francisco al introducir la oración ecuménica por la paz – llevamos en el corazón “a nuestras iglesias, los pueblos y las muchas personas que viven situaciones de gran sufrimiento”.
Desde el encuentro, celebrado en el paseo marítimo de esta ciudad italiana, el horizonte y el mar son un impulso – añadió el Pontífice – “a vivir una jornada con la mente y el corazón vueltos a Oriente Medio, encrucijada de civilización y cuna de las grandes religiones monoteístas”.
Allí ha venido a visitarnos el Señor, ‘sol que nace de lo alto’ (Lc 1,78). Desde allí se propagó en el mundo entero la luz de la fe. Allí brotaron las frescas fuentes de la espiritualidad y del monaquismo. Allí se conservan ritos antiguos únicos y riquezas inestimables del arte sacro y de la teología, allí mora la herencia de grandes Padres en la fe. Esta tradición es un tesoro que custodiar con todas nuestras fuerzas, porque en Oriente Medio están las raíces de nuestras propias almas.
Pero en esta espléndida región – añadió el Papa – hay múltiples signos de devastación.
Se ha acumulado, especialmente en los últimos años, una gruesa capa de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupación y formas de fundamentalismo, migraciones forzadas y abandono, todo ante el silencio de tantos y tantos y con la complicidad de muchos. Oriente Medio se ha convertido en tierra de gente que abandona su propia tierra. Y existe el riesgo de que la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe sea borrada, deformando el rostro mismo de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio.