Como si se tratara de un círculo vicioso en el que se dan vueltas y más vueltas, para pasar una y otra vez por el mismo punto de origen, el Gobierno de Nicolás Maduro lo volvió hacer este 20 de junio: por cuarta ocasión en lo que va del año 2018, decretó aumento de salario para los venezolanos. Tres millones de bolívares (Bs 3.000.000,00) es el nuevo sueldo mínimo que, sumado a los 2.196.000,00 del bono de alimentación, totaliza 5.196.000,00 bolívares.
Pero la astronómica cifra apenas representa, unos 2 dólares al cambio paralelo de la moneda americana que es la que rige los precios en la hiperinflacionaria economía de Venezuela. Así, la circular decisión del Gobierno de Maduro, en lugar de generar alegría en la población venezolana, nuevamente “cayó como un balde de agua fría”, y como tal, se convirtió en “una mala noticia”.
Para los venezolanos la sola mención de un nuevo salario mínimo por parte del gobierno, significa en la práctica, la subida simultánea de los precios en la comida, en los medicamentos y servicios, cuya escasez, elevados precios y mala calidad, son los aspectos más preocupantes dentro de la crisis que los agobia, especialmente entre los sectores más necesitados.
“¡No podemos comprar nada!”
Una vez conocido el decreto presidencial, el rechazo no se dejó esperar en las calles y supermercados; en los hogares y lugares de trabajo, públicos o privados.“¡Con ese aumento no podemos comprar absolutamente nada!”, es la queja entre los consultados por Aleteia. Razonan que los aumentos de salario no tienen sentido si no se controlan los precios de la comida y los medicamentos; y si no se “libera el dólar”, prisionero de la revolución.
“Con este salario apenas se podrá comprar un kilo de carne y tal vez medio kilo de arroz picado”, dijo Enrique Carvallo en el mercado Quinta Crespo de Caracas, cuyos comerciantes están siendo amenazados de expropiación por parte del gobierno nacional. “¿Acaso esto es alimento suficiente para un mes de trabajo?”, se preguntó el hombre, apretujando contra sí una bolsa con los pocos alimentos que pudo adquirir en esta oportunidad.
El aumento es una mala noticia
Quienes todavía no son padres de familia también expresaron sus quejas. “Venezuela es el único país del mundo donde el aumento de sueldo es una mala noticia”, dijo pidiendo reservar su nombre una joven periodista desempleada desde hace dos años. “Aquí no hay manera de lograr un sueldo que permita vivir dignamente y este aumento significa una nueva burla”.
La joven profesional dijo que se marchará “muy pronto de Venezuela porque aquí no ve futuro” para ella. Pero antes pide al gobierno que “ponga en práctica otras ideas distintas” para mejorar. Entre estas mencionó: “dejar de aumentar el sueldo” porque “sigue acelerando la inflación; activar “un control o regulación de precios moderados”; e “incentivar la economía y la producción”.
Necesitamos 43 salarios mínimos
El economista Miguel Ángel Díaz tiene la situación más clara, técnicamente hablando. Consideró que Maduro vuelve a mostrar su peor versión en materia económica, luego de realizar el “desproporcionado” aumento salarial.
“El sueldo no alcanza para comprar un cartón de huevos, mucho menos para la Cesta Alimentaria, que se ubicó en el mes de mayo en más de 100 millones de bolívares”, dijo con cifras en la mano. “Una familia venezolana necesita 24 salarios mínimos para poder alimentarse; y para cubrir los gastos de alimentación y otros servicios, 43 sueldos mínimos”, agregó.
Díaz señaló que “el aumento de 130% del salario nos deja en la misma situación económica, porque los venezolanos no tienen poder adquisitivo para cubrir sus necesidades básicas”. “Con estas medidas económicas como el aumento realizado, no hay forma en el corto, mediano y largo plazo que Venezuela salga de la crisis. Necesitamos soluciones reales e incentivos reales para atraer inversionistas y recuperar la economía”, concluyó.
Hoy celebramos a...