Atención: Más allá de los gags de humor negro, da una visión de la paternidad y la maternidad realmente desesperanzadaAtención: No recomendada para menores de 17 años
En el tiempo que ha transcurrido desde que Nicolas Cage apareciera en pantalla raptando, para los Hermanos Coen, a uno de los quintillizos Arizona en la divertida Arizona Baby, no solamente hemos asistido al progresivo declive de su carrera como intérprete.
También hemos podido ver cómo sus papeles han ido adaptándose, cada vez con más frecuencia, a su faceta personal como padre, permitiéndole explorar sus propios instintos paternofiliales, así como sus miedos y sus inseguridades al respecto, hasta alcanzar el cénit a ese respecto que supone la película que nos ocupa, Mom and Dad.
Se trata de una comedia de terror histriónica, por momentos histérica –lo que no resulta demasiado extraño si tenemos en cuenta que al frente de la misma está Brian Taylor, (co)artífice del díptico Crank y de Gamer–, que incide tanto en el terror que los progenitores sentimos hacia la posibilidad de que nuestros retoños sufran daño, y lo que es peor, que seamos nosotros los que se lo provocamos, como en ese sordo proceso de duelo que nos provocan todas las renuncias, los sacrificios y, en general, los cambios vitales que implica tener que hacerse cargo de un pequeño que depende de nosotros de forma absoluta.
El retrato de la sociedad estadounidense que dibuja Mom and Dad no es precisamente idílico, más bien al contrario: la realidad que rodea a la familia protagonista, los Ryan, está marcada por la hipocresía, el egoísmo y un individualismo rampante.
Lo importante no es, por lo tanto, si esa especie de virus transmitido a través de las imágenes televisivas –y que lleva a los padres a desarrollar el instinto irresistible de asesinar a sus hijos– es una especie de castigo por su comportamiento, sino hasta qué punto, a la hora de la verdad, se limita a sacar a la luz algo que todos los afectados ya llevaban en su interior: años y años de frustración y de pérdida de la identidad.
Hay en ese monstruoso gesto de intentar asesinar al hijo algo de humano, por imperdonable y miserable que resulte, pues no deja de resultar un intento un tanto psicopático, desviado, de volver a tomar las riendas de una vida sacrificada en pos de la crianza.
Ahí reside uno de los puntos clave del largometraje: que le da la vuelta como un calcetín al tópico de matar al padre para confrontar a unos chavales, Carly (Anne Winters) y Josh (Zackary Arthur), con unos progenitores enloquecidos, Brent (Cage) y Kendall (Selma Blair), que no es que no quieran seguir acogiéndoles bajo su ala, es que quieren asesinarles de forma salvaje.
Esto les deja sin la protección natural, instintiva, que estos les habían proporcionado hasta ese momento, y les obliga, hasta cierto punto, a acelerar su proceso de maduración por la sencilla razón de que, si quieren tener la más mínima esperanza de supervivencia, han de aprender a enfrentarse al mundo sin paños calientes.
Entre gag de humor negro y gag de humor negro, Mom and Dad nos describe, pues, un enfrentamiento generacional no por inevitable menos doloroso y desesperado… Porque, a la hora de la verdad, sus responsables no dejan resquicio a la esperanza de una reconciliación.
Ficha Técnica
Título original: Mom and Dad
Año: 2017
Países: Estados Unidos
Género: Comedia de terror
Director y guionista: Brian Taylor
Intérpretes: Nicolas Cage, Selma Blair, Anne Winters, Zackary Arthur, Robert T. Cunningham, Olivia Crocicchia