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Muchos padres están preocupados porque sus hijos no hacen las tareas, tienden a no restar atención en clase, no tienen ningún interés en sacar buenas notas. Parece que a sus hijos, todo lo que tiene que ver con los estudios les resulta indiferente y se muestran apáticos, con desánimo y desinteresados.
Sin embargo, cuando un niño está motivado encuentra sentido a lo que hace. Si en casa aprende algo nuevo cada día se le estimula a seguir aprendiendo y a crecer poco a poco en autonomía. Aquí unas ideas:
1. Planear objetivos de corto a largo plazo
Motivarles puede ser más fácil cuando se les propone cumplir un objetivo en pocos días. ordenar la habitación; sacar la basura… Es importante que sea algo concreto pues les ayuda a lograrlo.
A medida se van haciendo mayores conviene incentivarles cumplir objetivos a largo plazo: alcanzar cierto nivel de inglés, por ejemplo.
2. Sentido de la competencia
Inculcarle que fijarse metas le permitirá conseguir lo que se proponga en la vida le aportará muchísima motivación y autoestima.
3. Es esfuerzo importa más que el triunfo
No es lo mismo elogiar el trabajo de su hijo que alentarlo. Cuando elogiamos lo hacemos por el triunfo logrado, sin embargo cuando alentamos reconocemos el gran esfuerzo que está haciendo. Para ello será importantísimo emplear un lenguaje positivo.
4. Lo que le gusta
Identificar las actividades y objetos que más le atraen para captar su interés.
5. Jugar con amigos
Jugar con otras personas anima al niño a aplicarse y facilita su aprendizaje. Además, le enseña el compartir y le ayuda a potenciar la empatía. Apostar por juegos y deportes que requieran interactuar con otros le permitirán también aprender a respetar las reglas del juego.