El pintor húngaro fue el promotor de los engaños visuales y los juegos geométricos que después pasaron a la moda y al diseñoMadrid (España) tiene muchas razones para una visita, pero la exposición sobre Victor Vasarely en la Fundación Thyssen-Bornemisza de Madrid es sin duda una de ellas. Nacido en Pécs, Hungría, en 1906, vivió mucho tiempo en Francia y desplegó una gran influencia en el arte contemporáneo.
Su eje en el trabajo artístico fueron las geometrías y los efectos visuales, por lo que se le ha llamado fundador del Op-Art, el arte óptico, que consiste en jugar al engaño de la vista.
Con él, la persona que observa queda fascinada al comprobar la capacidad de la naturaleza humana para ir más allá de lo mecánico gracias a la imaginación, la fantasía y los conocimientos que la Ciencia va descubriendo sobre la Creación. Un tejido reticular, una sombra, unas paralelas… se convierten gracias a Vasarely en obra de arte.
Paso a la moda
Vasarely logró que su obra fuera apreciada no solo en el mundo del arte sino también en disciplinas cercanas como la moda y el diseño. En moda, los años 60 se llenaron de lunares y formas geométricas: Paco Rabanne o Pierre Cardin se entusiasmaron con las posibilidades de las ilusiones ópticas y así lo mostraron en todas sus colecciones.
La exposición estará abierta al público hasta el 9 de septiembre. Es extensa y el recorrido reúne piezas de toda la cronología del artista, con lo que puede verse también que pretendía hacer llegar el arte al público.
Las obras de la exposición proceden de los museos Vasarely de Budapest y Pesc, así como de la Fundación del artista en Aix-en-Provence y de numerosas colecciones privadas.
Vasarely se casó a los 30 años con una compañera de clase y tuvieron dos hijos. Él trabajó en la fábrica de su padre, como diseñador y publicista.
Aquí pueden verse algunas de las obras de la muestra: