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Cuba está viviendo un resurgir de la fe

CUBA
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Macky Arenas - publicado el 08/06/18
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La evangelización es tarea dura, pero da frutos

“Las cosas vuelven al lugar de donde salieron”, hemos escuchado mucho decir. Y es cierto.  Cuando la Iglesia Ortodoxa rusa salió del oscurantismo comunista que cubrió a la Unión Soviética por siete décadas, se llevó la vida de miles de clérigos y destruyó cientos de lugares de culto para convertirlos en “los graneros de la revolución”, vivió un resucitar de la fe que llevó a las pilas bautismales a tantos rusos como jamás se había visto y se multiplicaron las vocaciones religiosas en apenas los primeros meses de Perestroika.

El cardenal Rosalio Castillo Lara – quien fuera gobernador de la Ciudad del Vaticano, fallecido en 2007 en Caracas- ofreció testimonio de cuando el Papa Juan Pablo II le confió que Mijail Gorbachov, durante su visita a la Santa Sede en noviembre de 1989, le había dicho: “Nosotros pasamos 70 años tratando de sacar a Dios del corazón del pueblo… y fracasamos”.

En Cuba se está viviendo un resurgir de la fe. Los creyentes están haciendo una labor de llevar el mensaje de Cristo a la Isla. Desde distintos lugares y con estilos peculiares en un medio que, hasta hace muy poco, era sumamente hostil.

Cuba tiene 11 diócesis y el 60% de la población afirma ser católica. Según cifras del Arzobispado de La Habana, luego del derribo del Muro de Berlín se observó un aumento, lento pero sostenido, de la religiosidad en la sociedad cubana: de apenas unos 7 mil bautizos católicos registrados en 1989 pasaron a más de treinta mil solo tres años después. Para el 2015, el número de niños que reciben catequesis había crecido un 500%; los bautizados, confirmados o casados por la Iglesia Católica aumentaron 250% y el 70% de los que mueren son enterrados cristianamente en la capilla católica ubicada en el cementerio de La Habana.

 

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lezumbalaberenjena-(CC BY-NC-ND 2.0)

 

Para los historiadores Sergio Guerra y Roberto González, “este renacer de la religiosidad en Cuba explica que El Vaticano nombrara cardenal en La Habana en 1994 a Jaime Ortega, el primer sacerdote en ostentar tal distinción desde el fallecimiento de Manuel Arteaga en 1963 y quien fuera elevado a esa dignidad en 1945”.

La crisis del socialismo y la desintegración de la Unión Soviética fueron factores clave – relatan en su libro “Cuba a la mano. Anatomía de un país”- para este renacer de la fe, entre otros como la eliminación en 1992 de los artículos de la constitución cubana referidos al ateísmo, el ingreso al Parlamente nacional  y al propio partido comunista de creyentes católicos y de otras religiones incluso de  pastores protestantes, la notable mejoría en las relaciones entre Iglesia y Estado, el restablecimiento del día de Navidad y el Viernes Santo como feriados nacionales y, muy importante, las visitas de los papas Juan Pablo II (1998) – el primero en viajar a Cuba en toda la historia- y Benedicto XVI (2012) .

Como dato adicional, han proliferado las organizaciones sociales solidarias alrededor de algunas iglesias como el Centro Martin Luther King (protestante) o Caritas, de la Iglesia Católica. Todas institucionalizadas y con facilidades para su labor. Igualmente, se eliminó la discriminación religiosa y se permite ostentar la fe públicamente.

Tras décadas de hostilidad mutua, hoy Orlando Márquez Hidalgo,  un laico nacido en 1962, Arquitecto, comunicador social, diplomado en Resolución de Conflictos en las Universidades de Upsala, Suecia; y de York, en el Reino Unido, se ha impuesto la tarea de evangelizar en Cuba, aunque los obstáculos sean grandes. Hace poco ofreció una visión integral de lo que la Iglesia Católica viene realizando en ese resurgir y explicó, con ejemplos muy concretos y fotos testimoniales, en que consiste ese esfuerzo durante una conferencia que se dio en el Centro Manresa, bajo los auspicios de la Dirección de Educación del Instituto Jesuita Pedro Arrupe.

“Los muertos son las raíces de los pueblos”, escribió el gran prócer cubano José Martí. Muchos muertos guarda la tierra cubana, mucha sangre se vertió luchando contra el comunismo ateo y tal vez por ello las raíces son cada vez más fuertes. No olvidemos que también los mártires son semillas de nuevos creyentes. Se constató en Rusia y hoy en Cuba, donde la evangelización no es una tarea sencilla pero se sabe que avanza sin que nadie la detenga.

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