Instaurada en niños menores de 35 meses, la anemia le estaba quitando la vida a la población infantil de la región Arequipa, al sur del Perú. ¿Qué está pasando con estos niños? Ellos viven en alerta roja, ante una enfermedad silenciosa. Muchas veces no se perciben los síntomas, sino hasta que las habilidades psicomotoras de los niños, o quizás su lento crecimiento, así lo advierten.
Un poco más de la mitad de los 600.000 niños menores de tres años que conviven con ella viven en Lima. El déficit de hierro en los infantes es una de las causas de su prevalencia en los menores. Si la anemia infantil está presente en la agenda política del país, se cuenta con el presupuesto necesario, y el análisis técnico de alto nivel para enfrentarla. ¿Qué hace falta para rescatar a los niños peruanos de este mal?
Batalla contra la anemia
Es la pregunta que se hizo la presidenta de esta región Yamila Osorio para erradicar la anemia en la ciudad blanca. Y es que en 2015, según la encuesta demográfica de salud familiar (ENDES), el 42% de la población infantil vivía con esta enfermedad. Mientras que en 2016% se incrementa la cifra hasta 44.5%. Había que combatirla. Para este año la región redujo en 10.3% la prevalencia de este mal.
“Escuchamos cuáles son sus dificultades y cómo podíamos superarlas, pero sobre la base de los mismos recursos con los que contamos”, comentó Osorio a la prensa peruana al ser entrevistada días antes de la entrega del reconocimiento otorgado por el programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por haber logrado reducir la anemia en los niños de la región.
La batalla se inició tras un informe que revelaba diversos factores deficientes en el plan nacional de la región. La visita de los agentes comunitarios en zonas alejadas complementó el trabajo. Así se logró mantener comunicadas a 47 microredes de salud. “Solo escuchamos, no incrementamos ni un digitador, ni una enfermera en este trabajo”, explicó la autoridad regional.
Resultó motivador fortalecer el compromiso de los agentes comunitarios “Cuando la gente trabaja no solo para responder órdenes, sino más bien porque quiere participar y sentir que lo que hace contribuye en algo”, entonces se puede decir que la iniciativa tendrá éxito.
Nuevas estrategias
En la localidad de Pampacolca se redujo en 40% la anemia tras el seguimiento de las acciones de las microredes. La preparación de alimentos, propios de cada sector fue la primera estrategia utilizada. “Siempre observábamos la realidad de cada zona para impulsar en las familias la preparación de alimentos propios de cada sector”, recuerda Yamila. Gracias al ingenio de las madres se logró introducir en Yslay, la torreja de hígado con ingredientes que la hacen una receta única.
El estrecho nivel de comunicación generado permitió mejorar el monitoreo de niños en la edad de riesgo. En 2016 se logró más de 18 mil visitas domiciliarias para la detección y el control de la anemia. Al año siguiente estas visitas se incrementaron a 26.000. En las zonas alejadas los agentes comunitarios se encargaban del seguimiento.
Pese a que a nivel nacional los índices de anemia se elevaron a 43.6% en el periodo 2016-2017. La ciudad blanca lideró la reducción de este mal al rescatar a 5.000 niños de este flagelo que pone en riesgo el desarrollo integral de los infantes desde los 6 hasta los 36 meses de vida.
El predominio de la anemia es de 44.4% en niños menores de 35 meses de vida. En 2012 la prevalencia de este mal solo logró reducir el 1%. Mientras que, en las zonas rurales, los niños menores de tres años tienen anemia.
Se ganó la batalla, pero no la guerra. La anemia aún no se ha vencido por completo en Arequipa. La meta para al 2021 es hasta el 19% en niños menores de 35 meses.
Hoy celebramos a...