Las empresas, sean estas grandes o pequeñas, demandan profesionales capaces de identificar y gestionar sus emociones propias y ajenas, con habilidades sociales y con capacidad de adaptación a las distintas situaciones.La inteligencia emocional es importante en la gestión de las empresas y organizaciones y más aún en el contexto actual de internacionalización del trabajo y de intensa relación intercultural.
Los departamentos de recursos humanos demandan profesionales, que además de contar con sólidos conocimientos, sean capaces de utilizar sus habilidades emocionales para desarrollar su labor profesional. Veamos en esta galería cómo lograrlo
Se trata pues de interactuar como indicaba Goleman, teniendo”muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.
En definitiva, los trabajadores con inteligencia emocional y apertura a las demás culturas gozan de un buen nivel de motivación y por ello son capaces de motivar a los demás. Esta cualidad trasversal potencia la capacidad de persuasión, de trabajo en equipo y de apertura a la diversidad (Diversity Management) en un mundo que se caracteriza por el constante cambio a gran velocidad.