Miguel Ángel Supermán López, el colombiano que ocupó el tercer lugar en el Giro de Italia 2018, cumplió su promesa de regalarle personalmente al papa Francisco la maglia bianca que obtuvo como mejor ciclista joven de la exigente competencia.
El día en que empezó la carrera, en Jerusalén, este corredor nacido en una modesta familia de campesinos de Pesca (Boyacá, Colombia), le había dicho a sus compañeros que si obtenía ese galardón y subía al podio, iría hasta el Vaticano para hablar con Francisco.
Así lo hizo el 30 de mayo cuando al finalizar la audiencia papal de los miércoles, López abordó brevemente al pontífice en la plaza de San Pedro para entregarle la camiseta blanca. Poco después publicó en su cuenta de Instagram cuatro fotos y escribió: «Gracias a Dios. La promesa que hicimos al empezar el @giroditalia de portar la maglia bianca al santo papa la realizamos con gran éxito. Una gran bendición. Sin palabras».
La promesa cumplida por el deportista de 24 años ratifica su admirable convicción de superar todas las barreras por difíciles que sean, una actitud que, según sus allegados, demuestra por qué lo llaman Supermán. Según su principal promotor, el exciclista Rafael Acevedo, esa cualidad la notó cuando López enfrentó a la muerte con coraje y superó graves lesiones que estuvieron a punto de alejarlo del deporte competitivo.
Su carrera contra la adversidad empezó en 2011 cuando fue asaltado por dos hombres que intentaron robarle una modesta bicicleta. Acevedo recuerda que «gracias a la fortaleza adquirida en el campo, Miguel Ángel los desafió, pese a que los asaltantes eran de mayor estatura. Al más agresivo lo despojó de un cuchillo de gran tamaño y aunque su compinche logró asestarle dos puñaladas en la pierna derecha que casi le cuestan la vida, él los ahuyentó sin ayuda de nadie y aunque sangrando, evitó que le quitaran la bicicleta regalada por su padre».
Superada la incapacidad médica, López debutó ese año en la Vuelta del Porvenir, una competencia con etapas tan difíciles como las de Europa. «No sabía montar bien en los pedales, tenía problemas para los embalajes, jamás había corrido competencias con más de 200 participantes, no era bueno en la contrarreloj, apenas tenía 17 años, pero era un escalador nato que tenía ‘pinta’ de campeón», recordó Rafael Acevedo en entrevista con Aleteia.
En esa vuelta quedó en el puesto doce y en la siguiente versión ―en 2012― llegó con más preparación y alcanzó el liderato, pero en una etapa cayó al piso, se fracturó la mano derecha y abandonó la prueba. Superada la lesión, reapareció en la Vuelta de la Juventud de 2013 aunque otra lesión, esta vez en una rodilla, lo sacó de carrera durante un año y lo puso a pensar en su retiro.
Al año siguiente ganó importantes competencias como la Vuelta de la Juventud, otra prueba exigente que demostró su resiliencia, es decir, una asombrosa capacidad de recuperación después de tantas dificultades físicas y anímicas.
Gracias a sus primeros triunfos, un periodista que también se enteró de su enfrentamiento con los asaltantes, lo apodó Supermán. Desde entonces ―sin capa roja ni los poderes de la kriptonita del héroe de los comics, pero sí otras lesiones como la fractura de la tibia de la pierna derecha y la pérdida de tres dientes― Miguel Ángelaceptó el apelativo y luego lo incluyó como una especie de marca en su cuenta de Twitter.
Un gigante de la montaña
Héctor Palau, uno de los periodistas de ciclismo más respetados de Colombia, considera que Supermán, líder del equipo kazajo Astana, es la nueva estrella de un deporte que en este país es tan popular como el fútbol. «Estamos frente a un ciclista de la talla de grandes escarabajos como Lucho Herrera (ganador de la Vuelta a España 1987) y Nairo Quintana (triunfador del Giro de Italia 2014 y la Vuelta a España 2016)».
Estas afirmaciones no son fruto de la emoción generada por los buenos resultados en el Giro. Su análisis está soportado en los títulos conseguidos hasta ahora, entre ellos, el de campeón del Tour de l’Avenir 2014, en Francia; ganador del Tour de Suiza 2016; primero en la Clásica Milano-Torino 2016, y triunfador de dos etapas en la Vuelta a España 2017 en la que terminó de octavo. Con base en ese palmarés, Palau es contundente en su apreciación: «No es fácil subir al tercer lugar del podio en el Giro, la segunda competencia por etapas más importante del mundo; tampoco es sencillo pelearle la carrera a ‘monstruos’ como Chris Froome y Tom Dumoulin. Y Supermán López lo logró».
Al terminar la competencia en Roma el pasado 27 de mayo, Supermán López, ―devoto de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia― habló con los periodistas. Su sencillez y las metas trazadas sorprendieron a todos: «Este resultado es el fruto del sacrificio y el trabajo en equipo. Hay que trabajar más para escalar las posiciones de arriba y ganar el Giro de Italia, el Tour de Francia y la Vuelta a España».
Sin duda, Miguel Ángel piensa volar muy alto, como Supermán.
Hoy celebramos a...