Esta nación perseveró lo largo de la tumultuosa historia de Europa
Es fácil pasar por alto San Marino cuando se mira un mapa, ya que es el tercer país más pequeño del mundo, más grande solamente que Ciudad del Vaticano y Mónaco. Enclavado en las montañas del noreste de Italia, este territorio de 61 kilómetros cuadrados tiene muchas singularidades: es el único país de Europa con más vehículos que personas, es el país más antiguo establecido en Europa y, curiosamente, fue fundado por un santo.
San Marino fue un cantero que huyó de la isla de Rab, ahora parte de Croacia, para escapar de la persecución de la fe cristiana por el emperador Diocleciano. Una vez en Italia, fue ordenado diácono por el obispo Gaudencio de Rimini; sin embargo, poco después fue acusado por una mujer enloquecida de ser su marido separado. Marino huyó de nuevo y subió al monte Titano, donde construyó una capilla y un monasterio y vivió allí como ermitaño el resto de su vida.
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