Escriben a sus hermanos del mundo en un desgarrador testimonio“No se puede estar neutro ante esta realidad tan fuerte. Hemos llorado de impotencia e indignación, de compasión y dolor; pero también hemos llorado de alegría y admiración ante tantos gestos de humanidad y solidaridad inimaginables”, comienzan diciendo los integrantes de esta orden religiosa católica, con muchas expresiones, entre las que destacan: La Orden de los frailes, La Orden de las Monjas y la Orden Seglar, así como una serie de institutos afiliados.
Nacieron del tronco común de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.
Sus comienzos se remontan a finales del Siglo XII. Según la tradición, un grupo de peregrinos se dirigieron a Tierra Santa para vivir un estilo de vida eremítica, centrada en la oración, la soledad y el silencio, la meditación de la palabra y la pobreza. Para esto se establecieron en torno a la fuente de Elías, en el Monte Carmelo.
A Venezuela llegan en 1.950. Hacia finales de los 60 comienzan a formarse las primeras vocaciones de venezolanos. En la actualidad están presentes en cuatro zonas del país: Caracas, Barquisimeto, Mérida y San Cristóbal.
“Nuestro país vive, una profunda noche político-social, pero sobre todo moral y espiritual – revelan en la carta-. Tanta gente que ha naufragado en las corrientes tormentosas de décadas de desigualdad e injusticia, junto con un Estado fallido e ideológicamente desorientado, han terminado en una situación de anarquía voraz”.
Esa “noche” en que está sumido el país tiene un culpable que los religiosos identifican claramente: “El dios dinero pidiendo todo tipo de sacrificios humanos, porque aquí el ser humano vale menos que unos números en una cuenta. Y tras los bastidores del teatro burlesco del cinismo, sufre oculto un resto de Israel, con ansias en amores inflamadas (de libertad, de verdad, de justicia, de reconciliación); pueblo sufriente que se mantiene fiel a Dios, sometido a profundas tentaciones, y amenazado de la desesperanza más atroz ante la indolencia de los poderosos de turno. Todavía estamos en el capítulo de las almas que están siendo cristificadas-crucificadas a través de esta noche colectiva del país. Noche de nihilismo criminal o delincuencial, como prefieras llamarlo. Noches oscuras en personas que ni si quiera saben que están caminando a la unión con Dios, noches anónimas”.
Relatan las historias dantescas, inimaginables, que son cotidianidad en el país: “La anarquía es profunda. Un ejemplo insólito: Una persona tenía un arma y la usó en defensa personal. Solo hirió al maleante. Llama a la policía. El policía le recomendó que asesinara al delincuente y desapareciera el cuerpo, porque si lo entregaba era seguro que el delincuente saliera libre pagando dinero, y después buscaría a la familia para vengarse. El policía decía que esto estaba pasando mucho”.
Los carmelitas también están afectados por este situación y piden oraciones a sus hermanos del mundo: “El tiempo no alcanza y los esfuerzos se multiplican porque por estos lados casi todo es bastante más trabajoso. Pero esto es igual o mayor en tantos conventos de la Orden. Tal vez lo que cambia es la profunda sensación de gratitud con Dios por estar en una situación donde de verdad e inequívocamente estás para servir a Dios y a los hermanos, pero esto es lo propio de cada comunidad carmelitana en el mundo”.
Cuentan que se ven obligados, en la frontera, a soportar entre 3 a 5 horas de fila para llenar el tanque de gasolina. Que no cesan de recibir solicitudes de medicamentos de gente necesitada. “Nuestras listas van en aumento y no se ve momento de parar. Durante estos últimos años, todos los miembros de la Casa General que han venido al país han tenido que traer medicamentos inevitablemente…Y en los medios oficiales llegan pocos recursos, pero en no pocas oportunidades lamentablemente son desviados a un mercado ilícito por mafias corruptas”.
Respecto a la familia carmelitana, declaran que ninguna de las comunidades está en condiciones de auto sustentarse por sus medios. “Los subsidios del exterior son los que nos han permitido sortear la crisis y ayudar a tantos más”. No disponen de transporte porque no hay repuestos para vehículos.
Hacen un reconocimiento especial a la provincia de Croacia que está impulsando con la comunidad de Buško jezero una ayuda concreta para los monasterios de nuestra Carmelitas Descalzas. También agradecen a los diversos provinciales de América “que tanto han hecho”. Gracias especiales envían a los provinciales de Colombia, Perú, Chile, y Argentina. “Cuanto les agradecemos todo lo que han hecho, y tanto esfuerzo en favor de los migrantes. Sobre todo Colombia que es la que ha recibido el mayor peso”. No olvidan a los provinciales y monasterios del todo el mundo, además del Padre General que pidió ayuda para la Orden de Venezuela. “Un agradecimiento especial a la Provincia Ibérica por todo el apoyo consecuente y sostenido a nuestra realidad. Dios se lo pague de corazón”.
Un punto de gran patetismo en el contenido de la carta: “Nuestras comunidades seglares han estado cambiando su fisonomía. Producto de la crisis del país muchos han tenido que migrar. Se han ido fundadores, maestros, líderes clave. Esto nos está exigiendo acompañar el relevo de liderazgos obligados por la situación. También la crisis nos está obligando a un diálogo más sincero sobre la situación real de los hermanos. Es fácil vivir bajo una máscara de normalidad cuando no hay crisis, pero la crisis te obliga a conocer y estar pendiente de las necesidades reales de tu hermano. Jamás te imaginaste que un hermano de una comunidad seglar pudiera estar pasando hambre y esta crisis nos interpela día a día”.
Describen los resultados de la situación de hambre y de anarquía ha creado una ola de bandas delincuenciales de todos los niveles y colores. “Una cosa que nos ha tocado es aumentar las precauciones, confiarnos en las manos de Dios, y ayudar a diversas personas para superar los traumas que han causado los desagradables eventos de la delincuencia y, en algunos casos, reponer pertenencias importantes cuando se ha visto necesario. También es doloroso acompañar la confesión de personas realmente honestas que les ha tocado hurtar por hambre, y que sabes que sin esta situación nunca hubiesen hecho algo como eso. Da mucha compasión por ellos, e indignación por quienes han dejado que el país llegue a esta situación”.
Estas son varias de las realidades que han estado afrontando en medio de esta historia que parece no tener fin. “Hemos sufrido con el dolor incalculable de los padres ante la muerte injustificable de su joven hijo, a manos de hombres absurdos, movidos por razones más absurdas que ellos. Pero hemos llorado también de alegría, cuando una ventana de esperanza se abría para alguien que ya no veía camino en este marasmo de pobreza y desolación que vive el país. Manos criminales vs manos amigas se debaten día a día en esta orilla donde el carisma carmelitano toca tierra” -escriben- poniendo un acento de bondad, amor y esperanza en medio del rencor, la angustia y el abatimiento. Al fin y al cabo, esa es la misión del cristiano.-