¿Pueden los indígenas convivir con cadmio en sus venas? Pongamos la mirada en ellos de cara al sínodo amazónico “Nos prometieron que ya no pasaría más”. El presidente de las comunidades nativas Machiguenga Ismael Hernández aún teme por las consecuencias del nuevo desastre. Y es que volvió a sentir el mismo fuerte olor a gas, que en 2004 invadió “la quebrada Kemariato”, así lo compartió el líder machiguenga al contemplar con asombro el primer derrame de petróleo de este año 2018.
“Aquella vez viajamos todos a Lima y exigimos ayuda ante la contaminación que afrontábamos en la zona”, comentó Ismael en una entrevista para la prensa extranjera. Éste se convierte en el octavo derrame de gas que se registra en el ducto que cruza la provincia de la Convención en la región Cusco en la sierra sur del Perú.
Nuevamente la “casa común”, la Amazonia y sus naciones, sufren las secuelas de este derrame que pinta de negro al distrito de Megantoni, en la provincia cusqueña, donde viven poblaciones ancestrales de machiguengas.
Cadmio en las venas
El derrame de hidrocarburos fue ocasionado por una ruptura a la altura del kilómetro 8.9 del ducto subterráneo que transporta líquidos de gas natural del proyecto Camisea. El hecho se produjo según informa este portal web en febrero de este año.
Cadmio, mercurio y plomo conviven con las naciones amazónicas tras el derrame de 819 barriles que se vertieron en el suelo y en las fuentes de agua. El derrame provocó impactos en el suelo, agua, flora y fauna. Los machiguengas se alimentan y beben del agua de la quebrada. Según un reciente informe, 27 personas fueron afectadas en su salud por estos metales contaminantes.
El informe realizado por el Centro Nacional de Salud Ocupacional y Protección del Medio Ambiente para la Salud de Perú es el resultado de una investigación emprendida por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). Dos comunidades de la Amazonia peruana San Pedro y Cuninico de la etnia Kukama asentadas en los alrededores del oleoducto norperuano, uno de los más grandes del país, en Loreto viven con las secuelas de minerales contaminantes en el organismo.
La comunidad Ashuar también vive contaminada
Los niveles corporales de mercurio, cadmio y plomo pueden ser perjudiciales para la salud. “La exposición al mercurio se asocia con problemas neurológicos, psicológicos, renales, respiratorios y cardiovasculares”, así lo explicó la investigadora social O’ Callaghan Gordo quien lleva adelante la investigación desde Barcelona (investigación publicada en revista Environmental Health).
Según el informe, el 19% de niños y niñas menores de 10 años tenían concentraciones en sangre con un riesgo alto para su salud. El análisis encontró que el 50% de la población estudiada tenía niveles de mercurio en la orina superiores a los recomendados por el Ministerio de Salud.
La comunidad de Nuevo Nazareth en Loreto de la etnia Ashuar también fue afectada, el petróleo ingreso a sus casas y contaminó la única fuente de agua con la que cuentan.
El estudio detalla que se han reportado niveles elevados de mercurio en el medio ambiente, y en organismos acuáticos ubicados alrededor de los lugares de extracción de petróleo. Francisco nos recuerda en su permanente mensaje de protección a la “casa común” que es necesario no solo proteger a la Amazonia, sino más bien a quienes forman parte de ella. Camino al sínodo amazónico pongamos la mirada hacia nuestros hermanos de estas naciones.