La anciana tenía graves problemas renales y los médicos habían pronosticado que le quedaba poco tiempo de vida.
Pero no contaban con la buena noticia: el nacimiento de su primera tataranieta.
Cuando le anunciaron la llegada de la niña, y que iba a llevar su nombre, Jean Roper prometió vivir lo suficiente para conocerla.
Su nacimiento ha tenido los efectos más virtuosos en ella. Cuando estaba conectada a un tanque de oxígeno y no podía salir de su cama sin ayuda, la nonagenaria recuperó un segundo aliento vital.
Un acontecimiento “increíble”
Magnolia Jean, nació el 31 de enero de 2018. Una de las bisnietas de la anciana, la fotógrafa profesional Kayla Tracy, inmortalizó su encuentro.
Ella habló de un acontecimiento “increíble”, declarando a Good News Network: “Jean Roper se levantó de golpe su mecedora… ¡cuando ella ya no caminaba en absoluto! (…) El día que llegó este bebé, ella caminó desde su habitación hasta la puerta de su casa”.
Desde entonces, el estado de salud de la nonagenaria ha seguido mejorando, para sorpresa de todos.
Y es que la Madre Teresa nos dijo que “el amor empieza en casa”
Hoy celebramos a...