Game of Thrones es una serie de televisión estadounidense que une los géneros medieval y fantástico, obra de David Benioff y D.B. Weiss e inspirada en la obra fantástica A Song of Ice and Fire, de George R.R. Martin. La trama se basa en una despiadada lucha geopolítica, situada en los continentes ficticios de Poniente y Essos, que enfrenta a miembros de familias nobles para conquistar el Trono de Hierro.
Un verdadero éxito de la pequeña pantalla, la audiencia se ha multiplicado enormemente en seis años: 2,5 millones de personas siguieron la primera temporada, mientras que 8,9 millones vieron el final de la sexta temporada en junio de 2016.
La serie ha ganado numerosos premios, a pesar de las reservas que se puedan poner en relación a la violencia y la sexualidad tan presentes en los episodios, y sigue siendo la serie más pirateada del mundo. Los personajes se definen como “moralmente ambiguos”, y tienen nombres que parecen surgir de la nada: Arya, Khal, Daenerys…
Y sin embargo, si miramos su raíz etimológica, podemos asociarlos con un santo cristiano. Y a este ejercicio se ha dedicado la redacción de Aleteia.