“Entenderse a uno mismo es el inicio del conocimiento “ (Sócrates)Conocerse a sí mismo es la llave que abre infinitos caminos y posibilidades para ser feliz.
¿Por qué? Porque para ser felices a veces toca que hacer algunos cambios; quitar de en medio aquello que nos impide potenciar nuestro interior, todo aquello que no nos permite avanzar ni avanzar en nuestras áreas de oportunidad.
Solo reconociendo lo que hay, lo bueno y no tan bueno, sabrás lo que puedes cambiar, sustituir o abandonar.
En otras palabras, así como no se puede amar aquello que no se conoce, tampoco se puede cambiar lo que no reconoces.
Basar nuestro autoconocimiento en lo que los demás les dicen que somos o vivir la vida que nos dicen que debemos vivir no contribuye a nuestra felicidad pues no es un conocimiento auténtico de nosotros mismos.
¡Cuán importante es conocerse, tener siempre claro quiénes somos y actuar conforme a ello, de acuerdo con la verdad y no con lo que “creemos” que queremos o con lo que debemos de querer tal y como otros nos han dicho!
Conocer qué nos gusta, qué nos molesta, nuestros límites y nuestras capacidades es el primer paso para alcanzar la felicidad.
Para ellos es fundamental pararse el tiempo que sea necesario para hacer ejercicios de introspección, entrar en nuestro interior y darle una buena sacudida.
Así como limpiamos closets y sacamos aquello que ya no nos queda, que no nos sirve o que ya no nos acomoda, lo mismo hay que hacer con nuestros valores, creencias, hábitos, defectos o ideas.
Es importante sacar aquello que pone en peligro nuestro espíritu y nuestra, aquello que ya no me permitan crecer como persona o que ya no sirve en nuestro presente.
¿Y qué gano con el autoconocimiento?
Conocerse abre un mar infinito de posibilidades.
- Una de ellas, para mí la más necesaria, es que nos permite amarnos, tener una buena relación con nosotros mismos y con nuestra realidad.
- Nos permite tomar mejores decisiones,
- tener buenas relaciones personales y laborales,
- educar mejor a nuestros hijos,
- ser más creativos
- ser menos agresivos,
- ser un buenos líderes.
Pero ¿cómo saber qué sacar y qué dejar en nuestro disco duro para lograr la felicidad? ¿Cómo llegar a un verdadero autoconocimiento?
Podemos tomar como guía a Sócrates a quien le preocupa el hombre desde todas sus perspectivas, incluida la del ser humano como sujeto moral.
El método socrático
Apóyate en lo que conocemos como la moral socrática: saber qué es bueno y qué es malo.
Apuesta por dirigir tus acciones humanas hacia el bien. Sólo el sabio es virtuoso porque sólo él puede conocerse a sí mismo y conocer el bien.
La virtud es la sabiduría y el vicio es la ignorancia. El bien es útil porque el apetito de la voluntad es el bien. Así, buscar la verdad responde al apetito de la inteligencia…
Proponemos el método socrático que se basa en practicar el diálogo para ayudarte a conocerte mejor por medio de la reflexión. Hazte preguntas inteligentes que te permitan conversar y dialogar contigo para así ir descubriendo poco a poco la verdad de quién eres y las razones que te llevan a esa verdad.
Un ejemplo sencillo de un diálogo introspectivo:
– ¿Qué es el servicio incondicional?
– El servicio es darme sin esperar nada a cambio.
– ¿Y por qué darte sin esperar?
– Porque es una forma de expresar mi amor, sirviendo de forma incondicional.
– ¿Y por qué deseas servir? Porque el servir me da felicidad y en el servicio encuentro el sentido de mi vida, haciendo bien a los demás…
La idea con el método socrático es que te vayas haciendo preguntas hasta llegar a la verdad, a que conozcas realmente quién eres.