Los vanguardistas gráficos de Expedia abren una ventana al pasado.Si alguna vez has visitado una ruina antigua, entonces sabrás que el guía suele pedir siempre al grupo que imagine el aspecto que habría tenido el lugar antes de sufrir la erosión del tiempo. Pues ahora, gracias a una utilísima aplicación de edición fotográfica y al buen hacer de Expedia, ya no tenemos que imaginar más. El equipo de Expedia hizo unas fotografías de algunos de los lugares arqueológicos más grandes y famosos e hicieron rebobinar el tiempo para ofrecernos un riguroso vistazo a las gloriosas estructuras creadas por civilizaciones mucho más antiguas que la nuestra.
El Partenón – Atenas, Grecia
El Partenón es un templo dedicado a la diosa Atenea, a quien el pueblo de Atenas considera su patrona. La estructura se completó en el 438 a. C., aunque la decoración del edificio continuó durante otros seis años. Aunque se le llama templo, no se usó principalmente como lugar de oración y aparentemente no tiene conexión con el culto a Atenea. El edificio albergaba una gran estatua dorada de Atenea, que Wikipedia describe más como una reserva de dinero que como ornamento religioso:
Según Tucídices, Pericles se refirió a la estatua como una reserva de oro, destacando que “contenía cuarenta talentos de oro puro y todo era extraíble”. Con ello, el estadista ateniense insinúa que el metal, obtenido de acuñación contemporánea, podía reutilizarse sin impiedad alguna.
Fuerte 39 (Muro de Adriano) – Northumberland, Inglaterra
El muro de Adriano se construyó durante la ocupación romana de Britania. Se extiende a lo largo de 117 kilómetros, lo cual lo convierte en la reliquia más grande del antiguo mundo romano. Su construcción empezó en el año 122, por orden del emperador Adriano, y se terminó en solamente 6 años. En la imagen vemos uno de los varios fuertes ubicados a lo largo del muro a intervalos de 1 milla romana. Estos fuertes se empleaban para proteger las tierras contra las tribus del norte, aunque tuvo más importancia como símbolo del poder de Roma, ya que marcaba el límite más al norte del imperio.
Pirámide del Sol – Teotihuacán, México
La Pirámide del Sol es un lugar envuelto en misterio. Es la tercera pirámide más grande del mundo, elevándose hasta casi la mitad de la altura de la Gran Pirámide de Guiza. Su construcción empezó en el año 100 y se cree que duró casi 100 años. La estructura se encuentra en el centro de una enorme ciudad antigua. El nombre Teotihuacán se lo pusieron los aztecas al descubrir la ciudad, que había sido abandonada misteriosamente varios cientos de años antes.
Pirámide Nohoch Mul (Cobá) – México
Nohoch Mul es, con 42 metros, la pirámide maya más alta, en la península de Yucatán, México. Se calcula que fue construida entre el 100 a. C. y el 100 d. C. y fue un lugar central de la civilización maya. En el cénit del imperio maya, Nohoch Mul albergó a casi 50.000 personas, pero el lugar fue abandonado en torno al 1550, cuando los conquistadores españoles llegaron a Centroamérica.
Templo de Lúxor– Egipto
El templo de Lúxor fue encargado por Amenhotep III, en 1380 a. C., y completado más tarde por Ramsés II, unos cien años después. A diferencia de otros templos de este tiempo, el de Lúxor no estaba dedicado al culto de un dios, sino al “rejuvenecimiento de la realeza”. Aquí eran coronados los antiguos reyes de Egipto, así como donde Alejandro Magno aseguró ser coronado.
Area Sacra di Largo Argentina (Templo B) – Roma, Italia
Esta antigua estructura fue construida por Quinto Lutacio Cátulo en 101 a. C. para cumplir una promesa hecha durante la batalla de Vercelas. Durante su lucha contra las tribus invasoras celto-germánicas, el cónsul Cayo Mario hizo una súplica a la diosa Fortuna, a quien prometió un templo y un gran sacrificio si la victoria era suya. Las excavaciones en el lugar descubrieron una enorme estatua de la diosa Fortuna, que ahora se conserva en los Museos Capitolinos. Este lugar también se usó como santuario para los gatos salvajes de Roma, a los que los visitantes eran animados a adoptar.
Templo de Júpiter – Roma, Italia
El templo de Júpiter fue el templo más importante de la Antigua Roma, con un carácter como de catedral en la religión de Roma. No es el templo de Júpiter original; de hecho, es la cuarta repetición de la estructura. Entre el 500 a. C. y el 80 d. C., el templo fue quemado y reconstruido 3 veces. La última versión del templo la completó Domiciano, cuyos gustos eran de lo más fastuoso. Se cree que empleó más de doce mil talentos de oro solo para dorar el tejado de bronce.