Cualquiera de estas personalidades contamina a los que tienen a su alrededor a través de sus energías negativasAunque no lo creamos, con frecuencia podemos estar rodeados de estilos de personalidad tóxicos. Personas que tienden a hacernos sentir mal aunque no tengamos la culpa, que nos usan sin que aparentemente podamos evitarlo, que nos tienen a su merced sin que nos demos cuenta.
Muchas de estas personalidades las conocemos, pero no somos conscientes de su consecuencia tóxica.
Veamos en síntesis una descripción de algunos de los tipos de personalidades tóxicas más comunes. Identificarlos es ya un gran medio para no caer en sus mecanismos de relación y poder aplicar medios eficaces de defensa y crecimiento personal.
El envidioso
Una persona envidiosa tratará siempre de buscar aliados. Esto le garantizará envenenar a otros con sus palabras y sus malos pensamientos.
Este tipo de persona no es feliz. Siempre desean aquello que los demás tienen o consiguen e intentarán boicotearlo.
Si somos los afectados, tenemos que intentar sobre todo ignorarlos.
El autoritario
Suelen ser personas muy inseguras de sí mismas y, por eso, incitan miedo a sus subordinados, para dar fe del control y poder que tienen.
Nadie debería tolerar esto, ni siquiera aunque sea tu jefe.
Actualmente, hay una ley que contempla el acoso laboral. Si te encuentras en un caso como este no temas tomar medidas pues de otro modo ir al trabajo puede convertirse en una verdadera tortura.
El manipulador
El manipulador es una personalidad tóxica que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo sin ser descubierto.
Se muestran amables y complacientes. Tienen una gran capacidad para empatizar y por ello se tarda en descubrir este tipo de mecanismo. Los manipuladores suelen mentir.
Si tú tienes un problema, el de ellos será peor. Suelen tener el don de contaminar el entorno. Si están tristes, el ambiente se volverá triste.
El pesimista
Como su propio nombre indica, los pesimistas siempre lo ven todo de forma negativa. Son personas a las que todo les afecta y se rinden con mucha facilidad.
Esta negatividad en la que viven atrae más negatividad, por lo tanto, se convierte en un círculo vicioso.
Por mucho que intentes hacerles ver que no todo es tan malo como parece, te llevarán la contraria y lograrán alimentarse de tu positivismo para sentirse bien. La consecuencia puede ser que tú no te sentirás tan bien.
El sociopsicópata
Es una de las personalidades tóxicas más peligrosas. Nos encontramos ante personas impulsivas, que no establecen límites afectivos y no sienten remordimientos cuando hacen daño a los demás.
Son personas ambiciosas que alcanzan sus objetivos sin importar a quien destruyan por el camino. Son incapaces de decir “lo siento”.
Para identificar este tipo de personas debemos ser muy observadores.
Dado que no sienten emociones hay que observar en su rostro su mirada y los músculos faciales. Si fijan los ojos en ti y no mueven ni un solo músculo de la cara, ten cuidado, probablemente te estén manipulando.
El neurótico
La persona neurótica suele ser insegura. Por este motivo, intentará conseguir una buena posición social aunque se impondrá objetivos que no podrá cumplir debido a sus sentimientos de desvalorización que lo bloquean.
No soporta que nadie sepa más que él sobre algo, por eso tratará siempre de llamar la atención.
Por este tipo de inseguridades, que sufrió desde niño y no ha podido resolver, el neurótico desarrolla una conducta perfeccionista, conflictiva, egoísta e infantil.
Esto le lleva a controlar a la otra persona. Además, sus cambios de humor provocan que sea muy difícil la convivencia con ellos.
Darse cuenta de con quién nos relacionamos también es importante para nuestra salud.
El truco está en anticiparse y elegir de quién nos queremos rodear, evitando a aquellas personalidades tóxicas que nos puedan perjudicar y sobre todo cultivar actitudes positivas en nuestras relaciones con los demás.