Cuando los cristianos de todo el mundo rezan las Estaciones de la Cruz esta Semana Santa, meditando sobre la Pasión de Cristo, siguen los pasos de los europeos medievales que hicieron las primeras peregrinaciones a Tierra Santa para unirse al sufrimiento de los últimos días de Jesús.
Ya en el siglo XII, estos peregrinos seguían una ruta que empezaba con el Calvario y terminaba con la casa de Poncio Pilato. Cuando regresaban a casa, recreaban imágenes de las estaciones de la Cruz, que cada vez se fueron haciendo más populares después de que los musulmanes cerraran a los cristianos la Tierra Santa.
Los franciscanos tuvieron un papel activo en el desarrollo del Camino de la Cruz, después de conseguir la custodia de los lugares sagrados de Tierra Santa en 1343. Más tarde, invirtieron la ruta para seguir la cronología de la Pasión, empezando con la casa de Pilato y terminando en el Gólgota.
En 1686, el papa Inocencio XI concedió a los franciscanos el derecho exclusivo de establecer estaciones a lo largo de la Via Dolorosa en Jerusalén. Aunque el orden y la posición de las estaciones fue objeto de debate durante siglos, los peregrinos seguían regresando una y otra vez para caminar por la Via Dolorosa como ejercicio devocional que les permitía experimentar la Pasión de Cristo en espíritu.
Hoy día, quienes visitan Jerusalén pueden seguir la ruta a lo largo de 14 estaciones, desde el lugar donde la tradición dice que Jesús se reunió con Poncio Pilato hasta las últimas cuatro estaciones, ubicadas en la iglesia del Santo Sepulcro, el lugar sagrado de la muerte de Cristo en la Cruz.
Puedes dar un paseo virtual por la Via Dolorosa en esta galería de imágenes (haz clic en "Galería fotográfica"). La mayoría de las fotografías son por cortesía de Greg Friedman, OFM, del Monasterio Franciscano de Tierra Santa en América.