Los apóstoles reaccionan con perplejidad, culpa, duda y traición cuando Jesús revela: "Uno de ustedes me va a traicionar"
Sin duda, la comida más controvertida y atemporal de la historia es la Última Cena. Este significativo evento fue inmortalizado por Leonardo da Vinci en una pintura tan magnífica como polémica. Nacido en 1452, Leonardo da Vinci (literalmente de Vinci, una región en Florencia) tenía un desinhibido deseo de conocimiento. Genio polifacético, su interés en arquitectura, ingeniería, escultura, matemáticas, ciencia, anatomía, biología, astronomía, etc., le valió el epíteto de “El hombre del Renacimiento”.
En su representación de una historia registrada en los cuatro Evangelios, la Última Cena de Leonardo trae a la vida la acción de la mente y el alma. Fue encargada en 1495 por Ludovico Sforza, Duque de Milán, para el refectorio del convento de Santa Maria delle Grazie. La iconografía sacramental estaba destinada a crear una extensión ilusoria que transportara a los frailes comensales a “sala en la planta alta”.
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