El “drama” de la mujeres española es no poder conciliar el trabajo profesional y la maternidadCerca de un millón de mujeres salieron a la calle en España el 8-M (El día de la mujer trabajadora) reclamando igualdad. Fue el país en que más mujeres salieron a la calle, proporcionalmente. Toda la prensa internacional se hizo eco de la gran participación de las españolas en las huelgas y manifestaciones de aquel día.
¿A qué es debido? ¿Qué pasa con la mujer española? Es cierto que en España se vive en un ambiente crítico que está muy extendido. La protesta alcanza a distintos sectores de la sociedad por motivos diversos. También es cierto que toda la España oficial apoyó el 8-M y existe un caldo de cultivo contra el maltrato de la mujer y la diferencia salarial con los hombres.
¿Y esto es todo? No. Existe un profundo malestar en la mujer española que se siente discriminada sobre todo porque no puede realizar con plenitud la conciliación del trabajo con la familia. Esto es causa del sistema económico y social, pues el sistema, inventado por y para los hombres, parece pensado para obstaculizar la vida de familia de la mujer, en sus vertientes de madre y trabajadora.
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Alcanza el vital equilibrio entre trabajo y vida personal
Existe una gran frustración en muchas mujeres que no pueden conjugar con libertad estos ámbitos fundamentales en su vida, porque los horarios de las empresas no son flexibles, tampoco son flexibles ante la maternidad, ni flexibles los horarios de las escuelas, ni los horarios de la televisión.
Está también la poca implicación del marido en casa lo que produce el “doble horario de trabajo” de la mujer, en la empresa y en casa. Además, las pensiones de viudedad son solo el 50 por 100 de la pensión del marido.
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Vemos por las calles y por las empresas a mujeres estresadas ya al comenzar la jornada porque vienen de llevar a sus hijos al colegio, de prepararles el bocadillo, de vestirlos, de atender a la ropa del marido al que “siempre le falta algo”.
Ella debe levantarse una hora antes, mientras que los principales programas de las televisiones –las públicas más—terminan más allá de medianoche. Además deben salir bien arregladas, bien peinadas, bien maquilladas para desempeñar el trabajo del día. En definitiva, “no pueden más”, y el valor del sacrificio no solo se les supone, sino que va en la mochila diaria de cada una.
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Cuando las mujeres se agotan por tener que pensar en todo
Resulta que el 28 por ciento de las mujeres en España ha renunciado a tener hijos por mantener su trayectoria profesional. Así lo asegura un Informe realizado por el IESE Business School, en colaboración con Laboratorios Ordesa el año pasado, entre mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, entre los 25 y 45 años, con hijos menores de 12 años.
Es más, la mitad de las mujeres encuestadas manifiesta que ha tenido menos hijos de los deseados por causa del trabajo. “Esto es un gran drama en el que viven muchas madres y potenciales madres que quieren tener hijos y no pueden, porque las empresas y la organización social no les apoya”, afirman las autoras del Informe, Esther Jiménez, de la Universidad Internacional de Catalunya, y Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional I-WILL (IESE Lidership).
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Madres cada vez más mayores y con menos hijos
El 56 por ciento de las mujeres entrevistadas aseguran que la maternidad impide una proyección profesional mayor y un 35,2 por ciento afirma que solo se puede llegar a lo más alto de la carrera profesional si hace “renuncias importantes” en el ámbito familiar. Y entre estas renuncias está la de tener menos hijos. Según esta encuesta, la mitad de los hombres también asegura que tener más hijos tendría repercusiones negativas en su trabajo.
España es el país del mundo con la más baja natalidad, con una media de 1,34 hijos por mujer, muy por debajo de lo que se considera el recambio generacional (2,1), pero si las mujeres tuvieran los hijos que desean esta natalidad aumentaría a 2,52 hijos por mujer. El crecimiento natural de la población hoy es negativo (más defunciones que nacimientos), y la natalidad sigue bajando año tras año.
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