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Estos son los descubrimientos más importantes del último siglo en Tierra Santa

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Daniel Esparza - publicado el 17/03/18
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Lo explica el padre Charles K. Samson autor de “Vengan y vean: Guía católica para la Tierra Santa”

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El padre Charles K. Samson es sacerdote en la archidiócesis de San Luis, Misuri, y autor de lo que describe como una “guía portátil que mezcla arqueología, la Escritura, historia cristiana antigua, teología, oración” y su propia experiencia en Tierra Santa. “Vengan y vean: Guía católica para la Tierra Santa”.

Aleteia: ¿Cuál diría usted que ha sido el descubrimiento más importante del último siglo? ¿Quizás algo relacionado con la apertura y restauración del Santo Sepulcro? 

Padre Samson: Los hallazgos más importantes del último siglo son definitivamente el descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto cerca de Qumrán y, desde luego, los recientes descubrimientos relacionados con la apertura y restauración del Santo Sepulcro en sí.

El significado de los Rollos del Mar Muerto es tanto lingüístico como cultural: lingüístico en el sentido de que, siendo los manuscritos más antiguos que tenemos del Antiguo Testamento, revelan perspectivas importantes tanto para el estudio de la crítica textual (es decir, cuestiones que van desde cuáles son las lecturas más “originales” de los textos del Antiguo Testamento, qué variantes textuales autentificadas hay de versículos individuales, cómo [de bien] se transmitieron las tradiciones o tendencias textuales a lo largo de los siglos) y el estudio del desarrollo de la lengua hebrea a lo largo del tiempo; cultural en el sentido de que el contenido de los manuscritos no escriturales encontrados en Qumrán, que trata sobre la vida y creencias de la secta radical conocida como los esenios, abre unas ventanas y perspectivas reales e importantes sobre las comprensiones y expectativas religiosas y societales (especialmente expectativas mesiánicas) de una parte significativa de la cultura general en la que vivió Jesús y también en la que se escribió gran parte de los textos del Nuevo Testamento.

Si alguien quisiera leer sobre la importancia e impacto de los Rollos del Mar Muerto en cuestiones bíblicas, recomendaría las obras de Gaza Vermes (un historiador judío que ha supervisado también la traducción de estos manuscritos al inglés) y Emmanuel Tov (un académico judío que supervisó la publicación oficial de la serie Discoveries in the Judean Desert [donde se incluyen dichos manuscritos; N. del T.]) y los siguientes académicos cristianos, de los que la mayoría son católicos: James VanderKam, John Bersgma, John Collins y Craig Evans, Joseph Fitzmyer y Roland de Vaux.

Los descubrimientos con relación a la apertura de la tumba de Jesús son el otro hallazgo increíblemente importante del último siglo. El “Edículo” —término técnico para la pequeña estructura dentro de la iglesia del Santo Sepulcro en pie sobre lo que por mucho tiempo se ha creído es el lugar donde Jesús fue sepultado y regresó de entre los muertos— se estaba volviendo desde no hace mucho muy endeble estructuralmente debido al paso del tiempo y también a algunos terremotos, y corría incluso el riesgo de derrumbe.

Sin embargo, debido a factores desafortunados y a la difícil dinámica ecuménica, las comunidades religiosas que ocupan la iglesia no podían ponerse de acuerdo sobre quién sería responsable e, incluso, digno de confianza para su restauración.

Entonces, intervino el rey de Jordania y prometió financiar la restauración del Edículo (habría que señalar que toda la tierra del antiguo Israel, ahora dividida entre el Estado de Israel y la Autoridad Palestina, solía pertenecer a Jordania, que perdió esa tierra en las disputas tras la Segunda Guerra Mundial con el ahora Estado de Israel) y la obra ha concluido recientemente.

¡La tumba tiene un aspecto estupendo ahora! Se ha limpiado todo el hollín de su exterior y toda la estructura ha sido reforzada con apoyos. Sin embargo, una cosa que han descubierto durante todo el proceso de renovaciones, fue algo bastante notable bajo el altar en la parte más interior del Edículo. Allí encontraron dos bloques de mármol: uno datado en el siglo XII (así que fue depositado allí por los cruzados) y otro debajo fechado en el siglo IV (así que fue colocado allí por Constantino, el emperador romano que legalizó el cristianismo y construyó para los cristianos varias iglesias por todo el Imperio romano).

Los arqueólogos y técnicos griegos que emprendieron esta investigación levantaron la losa más baja, la del siglo IV, y observaron que bajo ella había una masa de lecho de roca sobre la cual, según concluyeron, yació el cuerpo de Jesús cuando, justo después de su crucifixión, fue depositado en una nueva tumba no lejos del monte Calvario (ver Juan 19).

Es un hallazgo fantástico, tanto por sí mismo como por el hecho de que muestra que el testimonio de los antiguos cristianos sobre dónde acontecieron ciertos sucesos en la vida de Jesús deberían ser dignos de mucha más confianza que la credibilidad que les concede la mayoría de académicos escépticos y críticos.

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