Empresas como Maters apoyan a las mujeres que deciden ir por libre para llevar mejor su papel de madres trabajadoras. Desde la crisis de 2008, millones de mujeres en todo el mundo se quedaron en el paro o bien no tuvieron ya una primera oportunidad en el mundo laboral. Quedar fuera del circuito es duro, sobre todo para quien tiene responsabilidades familiares. Pero siempre hay un cierto “instinto” que ante las dificultades nos ayuda a levantarnos y salir del pozo.
En los últimos años se ha comprobado en varios países europeos y Estados Unidos que la mujer, ante una situación de dificultad económica, no espera a que el Estado le solucione la papeleta sino que se pone en marcha en la medida de sus posibilidades: acude a un trabajo de rango inferior, acepta un sueldo más bajo que el que percibía… Asume “bajar un escalón” social (si es necesario) por la vía práctica, pero el caso es no quedarse de brazos cruzados.
La inteligencia emocional nos ayuda a afrontar los problemas de una manera práctica y positiva.
Ser madre te hace más valiente
Y he aquí que se plantea una situación particular en la mujer: la maternidad. El hecho de ser madres constituye uno de los capítulos más desafiantes de la vida. Dar vida a otra persona a la que ya por siempre estarás vinculada, ¿acaso hay un reto más extraordinario?
El embarazo produce cambios hormonales y actúa en el cerebro de manera que la mujer activa apartados en los que hasta el momento no estaba tan despierta. Se vuelve más luchadora, sale de sí misma para pensar en el hijo, se activa para preparar el futuro como los pájaros preparan el nido…
Las estadísticas apuntan a que un gran número de mujeres emprendedoras se inclinan por la franquicia, más que por orientarse hacia el levantamiento de un negocio propio. Sin embargo, la maternidad hace que entren en juego algunos términos que para muchas mujeres son vitales porque no quieren renunciar a la familia.
La pregunta clave: ¿qué quiero hacer con mi vida?
En esos momentos, la gestación hace que muchas mujeres consideren su vida con otros ojos:
- ¿para quién o para qué vivo?
- ¿en qué estoy dejando mis energías?
Y decidan que tal vez es el momento de cambiar de rumbo y trabajar por cuenta propia. De este modo, les resulta mejor conciliar trabajo y familia, y ganan un tiempo precioso para los suyos.
Emprender es un riesgo y es una decisión libre que cada una ha de considerar en su caso personal. Sin embargo, está claro que a muchas mujeres les atrae la idea de hacer algo distinto que les permita compaginar mejor trabajo y familia, pero quizá tienen duda sobre cómo dar el salto.
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Feminismo a prueba de maternidad
Para ello, hay empresas como Maters, que acompañan a las mujeres en esta nueva singladura femenina. Maters, por ejemplo, ofrece un programa específico para mujer emprendedora que es o va a ser madre. Se puede completar en 5 meses, pero cada usuaria dispone de un año en el que irá teniendo acompañamiento.
El curso, que dirige Alejandra Yuste, fundadora de Maters, cuenta con 15 expertas en distintos ámbitos y cuesta en torno a los 250 €. Una de las ventajas es que puede hacerse según el ritmo necesario. La idea se generó después de que Yuste atravesara una época de postparto que ella misma define como “complicada”.
Ya no hay que escoger entre trabajo o familia
Como ella, muchas otras mujeres (jóvenes y menos jóvenes, la mayoría con titulación universitaria pero no es requisito indispensable) han optado en los últimos años por una fórmula que por fin no obliga a escoger entre “o trabajo o familia”.
Se sigue el método finés, “aprender haciendo”. Conforme vas necesitando conocimientos y práctica acerca del negocio que decides emprender, Maters trabaja para ti como consultoría y entidad formadora, a la vez que trabaja en equipo con la emprendedora. Su planteamiento es cien por cien digital.