Pertenece al olimpo de la música, un artista de esos de antaño, uno de esos para los que llenar un estadio es ante todo una oportunidad para transmitir un mensaje. Su compromiso, no exento de al menos polémicas, no pasa desapercibido. Acaso por su experiencia o por su filosofía, está más allá de rivalidades perennes. Por eso, y por trasladar esa filosofía de vida a una acción muy concreta que llevó paz a cerca de 90 hogares, el músico británico Roger Waters será reconocido con un premio muy especial.
En el año 2012, Roger Waters visitó la Argentina para una serie de conciertos como los que nunca se vio en el país. El ex Pink Floyd llenó nada menos que 9 estadios River, en los que congregó en total a 400 mil personas, una cifra descomunal y absolutamente récord. Pero aprovechó ese viaje para sumarse a una causa internacional que parecía imposible, y la motorizó usando su prestigio y popularidad.
Roger Waters fue abordado aquella vez por una periodista, Gaby Coccifi. Coccifi ayudaba a la Fundación No Me Olvides en la difícil misión de identificar los cuerpos de los ex combatientes argentinos enterrados en las Islas Malvinas tras la guerra de 1982, cuya verdadera identidad ha sido conocida durante más de 25 años, como reza el epitafio, “sólo por Dios”. A través de Coccifi, Waters conoció el sufrimiento de las madres de los caídos por no saber dónde estaban sus hijos. Y durante una reunión con la entonces presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, y luego con el entonces primer ministro británico David Cameron, fue convirtiendo ese dolor de más de 100 familias argentinas en una causa de estado.
Tras esos encuentros, y tras el descomunal compromiso de Julio Aro, ex combatiente argentino fundador de No Me Olvides, y del ex combatiente británico Geoffrey Cardozo, los estados argentinos y británicos confiaron en la Cruz Roja la misión de identificar los cuerpos enterrados bajo el epitafio “Soldado argentino solo conocido por Dios” en el cementerio de Darwin. E identificaron los restos de 88 de los 120 enterrados en las tumbas desconocidas.
Cardozo había sido responsable del enorme trabajo humanitario con el que dignamente, tras el final de la guerra, británicos buscaron y sepultaron a los soldados argentinos caídos desperdigados por las islas, argentinos que durante el fatídico período de la guerra habían sido sus enemigos.
Waters, Coccifi, Aro y Cardozo serán homenajeados en la embajada argentina en Gran Bretaña con una Rosa de la Paz, un reconocimiento que consiste en una rosa dorada cincelada por el maestro orfebre Juan Carlos Pollarols con la colaboración de ciudadanos de todo el mundo. El proyecto Dos Rosas por la Paz supone la fundición de material bélico para la realización de la rosa, para que luego una familia de un caído británico la ofrezca en ofrenda por un caído argentino, y la familia de un caído argentino la ofrezca en ofrenda por la de un británico.
En Aro y Coccifi por un lado, y Waters y Cardozo por el otro, argentinos y británicos reescriben la historia de Juan López y John Ward, que en la poesía de Jorge Luis Borges hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiados famosas en las que cada uno fue Caín, y cada uno fue Abel.
Son tiempos de paz, gracias a hombres y mujeres como ellos.
Hoy celebramos a...