Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Estos rezos honran a Jesús, verdaderamente presente en el tabernáculo de la iglesia
Para ayudar a Aleteia a continuar su misión, haga una donación. De este modo, el futuro de Aleteia será también el suyo.
Se dice que siempre que san Francisco de Asís o alguno de sus seguidores pasaba junto a una iglesia o incluso veía una torre de iglesia en la distancia, se detenía, besaba el suelo y rezaba la siguiente oración:
Te adoramos, Santísimo, Señor Jesucristo, aquí y en todas las iglesias que hay en todo el mundo y te bendecimos, pues por tu santa Cruz redimiste al mundo.
Este acto de reverencia era un simple reconocimiento de la presencia real de Jesús en el tabernáculo de la iglesia.
Te puede interesar:
¿La Eucaristía es realmente algo más que pan y vino?
Desde entonces, muchos otros han imitado este gesto cada vez que pasaban junto a una iglesia, a veces con un simple gesto con el sombrero o una inclinación de la cabeza, con la señal de la cruz o con algún otro acto de reverencia.
Aquí hay 10 oraciones del tesoro de la Iglesia que pueden rezarse siempre que nos percatemos de la presencia de una iglesia católica y queramos alabar a Dios por el gran misterio de Su presencia eucarística:
Además de en la galería de imágenes, puedes encontrarlas en la página siguiente:
¡Oh Pan celestial, gran Sacramento, os adoro y os alabo en todo momento!
Jesús, Corazón de María, Te ruego envíes Tu bendición sobre mi alma.
¡Santísimo Jesús! ¡Amante Salvador! Te doy mi corazón.
Que todos conozcan, adoren y alaben en todo momento, siempre, el santísimo y divino Sacramento.
¡Dulce corazón de Jesús, haz que te ame siempre más!
¡Oh Santísimo Sacramento, oh Sacramento divino. Toda alabanza y acción de gracias, te sean dadas en todo momento!
Corazón Eucarístico de Jesús, que arde de amor por nosotros, enciende nuestros corazones con Tu amor.
¡Mi Dios y mi todo!
Que el Corazón de Jesús en el Santísimo Sacramento sea alabado, adorado y amado con mucho afecto en cada momento y en todos los tabernáculos del mundo entero. Amén.