Después de su enfermedad y ante la ausencia de corpiños para mastectomía, esta diseñadora de moda creó una marca para todas las mujeres.
Ana Paula Borbolla fue diagnosticada con cáncer de mama en 2014. Su oncóloga le había advertido sobre la falta de lencería, pero la ventaja que ella tenía era la de trabajar como diseñadora de indumentaria en una fábrica que tenía a disposición para hacer sus propios corpiños en cada una de las etapas del tratamiento.
En una entrevista para Clarín contó su experiencia: “Pasé por tres operaciones, y todas las instancias de asimetría posibles. Me sacaron la mama y me pusieron un expansor que luego cambiaron por una prótesis definitiva”.
Una vez recuperada comenzó a reflexionar sobre lo que podrían estar viviendo otras mujeres, incluso aquellas que por diferentes situaciones no podían hacerse la reconstrucción por problemas económicos o de salud, o que simplemente decidían no hacerla y estaban así toda la vida.
“Ahí empecé a tomar conciencia: si no tienes una fábrica a disposición hay un montón de cosas que no puedes resolver, y no está bueno”. Y así ante una dura situación que le presentaba la vida, decidió hacer algo más.
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