La Iglesia en Bolivia se suma a un clamor general en pos de conocer la verdad
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“La colocación de unos tres kilos de explosivos tipo dinamita” es lo que expresan las primeras investigaciones policiales como indicio de lo ocurrido los pasados 10 y 13 de febrero en la ciudad de Oruro tras una serie de explosiones en Bolivia que han sacudido a la opinión pública en los últimos días.
Es que estos hechos “sin precedentes en la historia Bolivia”, como se señala a nivel de las autoridades, ha dejado en pocos días 12 personas muertas y 60 heridos.
En el caso de la primera explosión, la colocación de la dinamita es lo que habría hecho estallar la garrafa de una vendedora ambulante de comidas, en plena celebración del Carnaval, señaló el ministro de gobierno, Carlos Romero, reproduce La Razón.
A menos de 72 horas de lo ahí acontecido –y a una cuadra del lugar- se registró una segunda explosión que fue calificado de “atentado” y que dejó cuatro muertos y varios heridos. Desde ese momento ya se manejaba una posible coordinación entre ambos eventos. Un tercer intento de explosión fue desbaratado en los últimos días luego de que efectivos policiales lograran desactivar un explosivo colocado en un baño de un alojamiento en Oruro.
Mientras varias víctimas de estas explosiones se recuperan en centros hospitalarios locales, persiste la conmoción y son varias las voces que se han sumado al pedido del rápido esclarecimiento de los hechos, pues aún no se sabe nada de los autores ni posibles móviles.
En ese sentido, este fin de semana el encargado de pronunciarse fue el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti.
“Esperamos que las investigaciones sean llevadas en forma transparente y que se establezca la verdad de lo acontecido y las responsabilidades correspondientes, para despejar toda duda y especulaciones que generan un clima de incertidumbre y miedo en la población”, expresó, reproducen medios de prensa como El Día.
“Como cristianos oramos por las víctimas de la tragedia de Oruro y nos solidarizamos con las familias sumidas en el dolor por la pérdida de sus seres queridos”, agregó.
Días pasados la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) también pedido oraciones por las víctimas, solidaridad con los familiares de los fallecidos, al tiempo de reclamar una investigación “efectiva y transparente” .
“Antes que acusar a nadie hay que saber la verdad, hay que investigar con transparencia”, expresó de forma contundente el secretario general adjunto de la CEB, José Fuentes Cano.
Esos acontecimientos suceden en un momento particular para Bolivia donde también se hace prioritaria la ayuda para los más de 50.000 damnificados que han dejado las fuertes lluvias en varias localidades del país. La Iglesia también ha pedido solidaridad para con estas personas y se comenzaron a desarrollar varias iniciativas.
En tanto, en el horizonte, un nuevo nubarrón se aproxima: las marchas previstas sobre la repostulación de Evo Morales para que se vuelva a presentar como candidato a presidente se comenzaron adelantar. Por un lado, están quienes defienden esta postura y por otro quienes solicitan que se respete el referéndum del 21 de febrero de 2016 y que tuvo la victoria del “No”. En las últimas horas la Iglesia de Bolivia exhortó a quienes se manifiesten en estas marchas que eviten la violencia.
