El periodista Rubén Navarrette, miembro del grupo de escritores de The Washington Post y director del podcast “Nación Navarrette”, ha escrito recientemente una columna para el periódico web “Ángelus ” de la arquidiócesis de Los Ángeles (California) en la que analiza cinco temas para tener en cuenta (y “para mantener la cordura”) en el debate sobre la inmigración en Estados Unidos.
Un debate que se ha agudizado por el estira y afloja del gobierno de Donald Trump y los congresistas demócratas (también algunos republicanos) sobre el tema de los “Dreamers” y su asociación con el muro fronterizo que quiere construir en la frontera sur de su país.
El debate ha motivado que las posturas se polaricen. Mientras que Trump acusa a los demócratas de usar a los “Dreamers” para conquistar votos en las próximas elecciones legislativas de noviembre de 2018, los demócratas lo acusan de usar la carnada de los “Dreamers” para construir el muro con México.
Navarrette propone, entonces, cinco puntos para enfrentar con cordura este debate que está en todos los medios políticos de Estados Unidos.
No hay buenos y malos
El primer punto de Navarrette consiste en subrayar que si bien Trump y el Partido Republicano se han comportado de manera “atroz”, coqueteando con el racismo, el nacionalismo, el elitismo y el clasismo, los demócratas “no son, ni de cerca, los buenos de este drama”.
Cuando los demócratas estuvieron en el poder (los dos períodos de Barack Obama), deportaron, engañaron y desviaron la atención sobre lo que estaban haciendo mal en cuestión migratoria. Y el mismo Obama les recordaba a los republicanos que “las elecciones tienen consecuencias”.
En opinión de Navarrette, los demócratas también usaron a los “Dreamers” e inventaron la esperanza del DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) a cambio de tenerlos a su lado. “No querían adoptarlos cuando podían explotarlos”, explica el periodista en su columna del órgano de la arquidiócesis de Los Ángeles.
Un trato “no tan malo”
Más adelante argumenta que el trato que ofrece Trump “no es tan malo”: está ofreciendo estatus legal permanente y un camino hacia la ciudadanía (en un plazo de 12 años) a 1.8 millones de “Dreamers” a cambio de 25,000 millones de dólares en fondos fronterizos para seguridad y para el muro, poner fin a la lotería de visas y la eliminación de la llamada “migración en cadena” (léase reunificación familiar).
La propuesta de ciudadanía “fue inesperada, y probablemente se agregó como edulcorante que haría que el acuerdo fuera irresistible para algunos defensores de los inmigrantes. Funcionó. El acuerdo dividió a la izquierda, entre pragmáticos y puristas”, apunta Navarrette.
A los demócratas los puso, por lo demás, a pelear entre ellos: “algunos han rechazado el trato porque proviene de Trump, mientras que otros lo ven como un punto de partida y agradecen la oportunidad de negociar algo mejor”.
Despeja la niebla
Más adelante, como tercer punto de reflexión, Navarrette explica que “los republicanos también están fracturados”. Los nacionalistas (nativistas, dice el periodista) critican el plan porque además de legalizar a indocumentados, propone ser ciudadanos de un país que no es el suyo y al que llegaron ilegalmente.
“Si hay algo bueno sobre el trato con Trump, es esto: despeja la niebla”, dice Navarrette. Por un lado, deja en claro que los demócratas tienen el deseo de “armar al indocumentado” contra los republicanos, mientras que muchos republicanos no quieren un solo “Dreamer” en el país porque piensan que sería tanto como perdonar la fechoría.
Pero se equivocan, explica Navarrette, puesto que fueron traídos a Estados Unidos sin su consentimiento, cuando eran niños, por lo que “no hay delito que perdonar”.
Ponerse de acuerdo y negociar
En los siguientes puntos, Navarrette señala que ambos partidos políticos necesitan dejar de lado la política, dar un poco de razón al otro y trabajar hacia un compromiso razonable.
“Ninguno de los lados obtendrá todo lo que quiera, pero cada lado obtendrá algo. Cada uno tendrá que compartir el crédito, pero tampoco estarán solos culpando a quienes se oponen al trato”, escribe el columnista sindicado de The Washington Post.
Y termina diciendo: “Es fácil para los legisladores de Washington, la mayoría de los cuales nacieron en el país, minimizar el efecto transformador de lo que significa ofrecer a los 1.8 millones de jóvenes indocumentados un estatus legal permanente y una oportunidad de obtener la ciudadanía. Esa realidad elusiva está finalmente al alcance, y ahora los miembros del Congreso deben aprovecharla”.
Hoy celebramos a...