La vida de Aaron Freis estaba unida al instituto de Florida en el que ayer un muchacho acabó con la vida de 17 personas, una de ellas el propio Freis.
De complexión fuerte y con barba pelirroja, el inconfundible Aaron había sido alumno del instituto. En 1999 se graduó felizmente. Transcurridos varios años, optó a la plaza de guardia de seguridad del lugar y llevaba ocho años custodiando a los estudiantes. Los saludaba, ponía firmes a los que no cumplían la normativa, saludaba al entrar y salir todos ellos. Conocía muy bien los pasillos de cada zona, los rincones donde podía esconderse algún alumno…
Además, recientemente se había involucrado más en la vida de los chavales. Era el entrenador asistente de fútbol.
Lo que no esperaba es que en la mañana de ayer otro exalumno, Nikolas Cruz, entrara al recinto con un fusil semiautomático AR-15 y disparara indiscriminadamente a los muchachos.
A Aaron no le faltaron fuerzas para proteger a los alumnos en cuanto comprendió que los disparos eran un ataque a cuantos se cruzaran en el camino de aquel loco.
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