Él viene a rescatarte de tu vacío, quiere llenarlo con su presencia
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Muchos buscaban a Jesús para que los curara. Algunos lo buscarían sólo por el milagro. Otros por ese amor que desprende y que habla de Dios.
Yo, ¿por qué busco a Jesús? ¿Qué necesito?
Creo que sin Él no podría vivir en plenitud. Necesito su amor incondicional. Sé que vivir con Él merece la pena. Quiero quedarme a su lado. Creo que Él puede limpiarme. Si le dejo. Si me pongo a su altura. Si dejo de tapar mis manchas y heridas en su presencia.
Ese es el camino de mi fe. Necesito ponerme frente a Jesús y mostrarme como soy, diciéndole que lo necesito para poder amar y salir de mí mismo.
Él lee mi corazón.
Yo le digo: “Tú eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación”.
Con Él ya no estoy solo. En Jesús tengo mi refugio. No puedo dejar de acercarme hasta Él. Lo hago.
Y miro lo que Jesús ha hecho en mi vida. ¡Cuántos milagros! Tantas veces no los aprecio.
Me hace puro. Y yo no valoro el milagro que Jesús ha hecho conmigo al tocarme. Al acercarse a mi impureza. A mi asilamiento. A mi soledad.
Ha querido sacarme de mi cerrazón. De la pobreza de mi soledad llena de miedos. Viene a rescatarme de mi vacío. Quiere llenarlo con su presencia. Quiere que mi amor se haga vida. Se haga entrega. Que no viva solo para mí, encerrado en mi egoísmo.
Quiero agradecerle a Jesús que me saca de mi intocabilidad al tocarme. Me lleva de la mano para que mi amor se haga entrega generosa.