La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un comunicado oficial en el que hace radiografía de la compleja situación venezolana, al tiempo que renovó su marcada preocupación por los cada vez más altos índices de mortalidad infantil, retardo en el crecimiento y desnutrición severa generalizada en todo el país.
Tras coincidir plenamente con las cifras presentadas por la organización social de la Iglesia Católica, Cáritas, la CIDH invitó a la sociedad civil y las partes interesadas a “generar y presentar información completa, desagregada y adecuada en el marco de la audiencia pública” convocada de oficio sobre la situación de los derechos a la alimentación y a la salud, que “se realizará durante el próximo período de sesiones”.
El objetivo, indicó el organismo, será identificar los principales “obstáculos y preocupaciones para el ejercicio de los derechos a la alimentación y la salud”; así como las medidas que debería tomar el gobierno de Nicolás Maduro “de manera inmediata” para garantizar esos derechos humanos elementales.
El comunicado de la CIDH y su Relatoría Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA) advierte que la escasez y el desabastecimiento de alimentos y medicinas se están incrementado “de modo alarmante” y afecta en particular a “niños y niñas, mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes, migrantes, personas privadas de libertad, y personas mayores”.
Cuestiona la falta de información pública oficial actualizada, y considera “sumamente preocupantes las reiteradas denuncias recibidas sobre el riesgo que tendrían miles de niños y niñas en Venezuela de perder la vida por desnutrición durante este año”. Hace alusión a las cifras de Cáritas, cuya directora conversó con Aleteia.
Durante 2017 fallecieron, en promedio, “seis niños semanalmente por falta de alimentación”, y un tercio de la población infantil presenta “retardo en su crecimiento”. Igualmente, más del 15% de los venezolanos: 4,5 millones de personas, se alimenta exclusivamente una vez al día. En ocasiones: cada dos días. De allí que 11 de cada 100 niños menores de 5 años presente desnutrición severa.
El informe de la CIDH también da cuenta del desabastecimiento de medicinas básicas para enfermedades relacionadas con diabetes, diarrea, hipertensión e infecciones respiratorias agudas y afirma que “se encontraría sobrepasando el 80%”, cifra similar a la reportada por la organización civil sin fines de lucro CONVITE, que en diálogo con Aleteia advirtió la tendencia a superar el 95% en el primer trimestre de este año.
La ausencia de medicamentos dejaría sin medicación para frenar infecciones oportunistas que atacan de manera especial a personas que viven con VIH o SIDA; y entre un 95 e incluso un 100% de los hospitales “no tendrían antirretrovirales” para los pacientes seropositivos. En algunos casos, sostiene la CIDH, se reportan fallas “de hasta un período de 6 meses continuos sin recibir el esquema de tratamiento indicado, generando un estimado de 5 personas fallecidas al día por causas relacionadas con dicha enfermedad”.
En ese mismo marco, organizaciones científicas locales han observado serio deterioro de los bancos de sangre, que presentan fallas en la recepción de reactivos e insumos que impiden descartar enfermedades en las donaciones de sangre, realizar intervenciones quirúrgicas y tratamientos transfusionales en pacientes renales, hematológicos y oncológicos.
La situación se ve agravada por un “aumento preocupante” de enfermedades como el zika y la difteria, lo que ha generado alertas por su incremento progresivo desde 2015. En el caso de la malaria-paludismo, Aleteia pudo constatar la particular gravedad de la crisis no sólo en lugares donde el vector que transmite la enfermedad es endémico, como ocurre en la zona oriental: estado Bolívar, sino también en regiones donde hacen vida comunidades indígenas, como la zona misionera de Los Ángeles del Tukuko, en los límites del petrolero estado Zulia, fronteriza con Colombia.
Como estado, Venezuela tiene obligaciones específicas con respecto a los derechos a la alimentación y a la salud. Lo establecen la Declaración Americana de Derechos Humanos, la Constitución y el marco legal vigente. Lo recuerda Soledad García Muñoz, Relatora Especial sobre DESCA de la CIDH, quien en el informe recuerda las obligaciones de los Estados, “incluyendo la provisión sin discriminación de medicinas y de alimentos esenciales”, algo que “aplica claramente a Venezuela y debe ser objeto de acción inmediata por” el gobierno de Nicolás Maduro.
La institución, dependiente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), lamentó además la negativa del Estado venezolano “a recibir cooperación internacional para paliar la crisis económica y social que atraviesa”, un pedido que ha sido excepcionalmente reiterado por la Iglesia a través de Cáritas y que formó parte, incluso, de los 4 puntos dados a conocer por la Secretaría de Estado del Vaticano en diciembre de 2016.
El organismo condena la “evidente falta de voluntad” del gobierno de Maduro “para garantizar estos derechos”y ratifica que tal actitud es contraria “a su deber de respeto”, porque estaría “obstaculizando la disponibilidad y accesibilidad de medicinas y de alimentos básicos para la población que más lo necesita”.
La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
Hoy celebramos a...