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Siervas: “Si ves a una monja en la batería o la guitarra eléctrica, no te asustes…”

SIERVAS,NUNS

AP Photo | Damian Dovarganes

Daniel Esparza - publicado el 30/01/18

(No) es sólo ‘rock and roll’. Y a la gente le gusta

Hace ya tres años que estas 12 monjas se subieron por primera vez a un escenario para tocar rock. Vestidas con sus hábitos negros y blancos, haciendo vibrar sus guitarras eléctricas, combinando chelos, violines y clarinetes con batería de rock ’n’ roll, la banda Siervas está lejos de ser un grupo de un solo éxito.

Con las millones de reproducciones que tienen sus vídeos de YouTube, dos álbumes y un aumento de sus seguidores a nivel internacional, la banda casi logra entrar en los premios Grammy del año pasado.

Siervas, que nació en un convento peruano, empezó compartiendo su música en cárceles, cuando atendían las necesidades de mujeres presas, y entre los pobres a los que cuidaban. Ya que seguían escribiendo cada vez más canciones y ya habían publicado su primer álbum, empezaron a hacer giras tanto a nivel nacional como internacional.

La vocalista, sor Mónica Nobl habla aquí con Aleteia sobre rock and roll, servir a los pobres, dejar que Dios sea Dios y sobre música pop.

– Parece obvio que, para hacer la música que hacéis, estéis expuestas a música no litúrgica. ¿Qué tipo de música escucha Siervas? ¿Qué otra música “secular” admiráis?

Lo cierto es que no escuchamos música secular. Cuando tenemos tiempo para escuchar algo de música, elegimos escuchar música con mensaje cristiano y todavía mejor si es de músicos católicos. Sin embargo, obviamente todas hemos estado expuestas a música secular a lo largo de nuestras vidas, antes de entrar en nuestra vida en comunidad. Cada una tiene sus propias preferencias. Como los Beatles, Michael Jackson, U2, Toto, Sting, o Adele, entre otros.




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– ¿Cómo influye la vida diaria de las personas a las que servís en vuestra comunidad a la hora de componer vuestras canciones?

La música que componemos expresa lo que tenemos en nuestros corazones. Titulamos a nuestro primer álbum Ansias que queman, porque expresa uno de nuestros más profundos deseos: que todas tengamos el compromiso de hacer un cambio en el mundo para dejar entrar un poco más a Dios.

De forma similar, nuestro segundo álbum se tituló Hoy Despierto, porque queremos ayudar a todo el mundo a despertar y ver que hay un Dios que está muy presente en el mundo pero al mismo tiempo es muy ignorado y rechazado.

Evidentemente, nuestro contacto con las personas necesitadas y la consciencia que tenemos de la necesidad de Dios en nuestro mundo contemporáneo es lo que nos ha inspirado y sigue inspirándonos en la composición de nuestras canciones.

– Algunos músicos no explícitamente religiosos (en su mayoría músicos pop) han criticado la música religiosa confesional, argumentando que en general sus letras no son del todo creíbles, como si les faltara autenticidad, probablemente porque quizás les parezca demasiado confesional. Es decir, que en vez de “contar algo”, la mayoría de las letras “predican”. De hecho, la música pop está llena de historias de caída y redención, y la gente en realidad se identifica muy fácilmente con eso, probablemente incluso más que con la música explícitamente religiosa. ¿Qué opinas de esto?

La verdad es que no era consciente de esta crítica. En cualquier caso, desde que empezamos con este proyecto musical sabíamos que siempre que subiéramos al escenario y, por supuesto, en todas las canciones que escribiéramos, queríamos presentarnos tal y como somos.




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Siervas no ofrece un “espectáculo”, sino más bien busca compartir con quienes nos escuchan, con autenticidad, quiénes somos, cómo vivimos nuestra fe, qué nos hace felices y qué nos preocupa. Por esa razón, la catequesis que damos antes de cada canción en nuestros conciertos en directo es muy importante.

En la catequesis, intentamos compartir nuestra experiencia de la fe y la mejor manera que tenemos de hacerlo es dando testimonio del camino que ya hemos recorrido. El mundo necesita enormemente referencias católicas que puedan compartir el auténtico significado de seguir a Nuestro Señor Jesús. La religión no debería ser algo alejado y extraño a la gente. ¡Todo lo contrario!

– Estar en un grupo de música es duro. ¿Compartir vuestras vidas en el convento os ayuda a aliviar las tensiones inherentes a vuestro proyecto musical o, por el contrario, le añade más estrés? A veces uno se imagina vuestro convento como una sala de ensayos enorme o como un estudio de grabación con una capilla dentro.

Vivir con otras personas siempre es un reto. Todos tenemos que aprender a escuchar y respetar diferentes opiniones. Por supuesto, en la vida comunitaria y conventual también tenemos que aprender esto. Lo bueno de Siervas es que primero y ante todo somos una comunidad, somos hermanas y amigas y, después, somos un grupo de música. Creo que eso ayuda mucho cuando tenemos que afrontar los retos normales que se presentan a una banda.

Para nosotras, la misión que tenemos como banda es muy importante porque, antes que ser músicos, somos monjas, somos apóstoles y lo que nos une es el deseo de llevar a Dios a los demás. No solo tenemos el grupo como un apostolado, sino que somos responsables de otros servicios. Muchas de nosotras visitamos prisiones; otras visitan a personas que viven en extrema pobreza.

– ¿Crees que Siervas tiene hueco en la escena pop? ¿Qué separa la música pop de la música religiosa? ¿Es una distinción falsa?

Como monjas, nuestro mayor anhelo es que Dios tenga espacio en la cultura contemporánea, así que si la música pop es el canal que haga llegar Su mensaje, sin duda esperamos tener un hueco en la cultura pop contemporánea. No hay motivo de escándalo en ver a una monja tocando la batería o la guitarra eléctrica. Nunca usamos estos instrumentos o ritmos para la liturgia, la cual creemos requiere una música que cumpla con sus necesidades espirituales concretas.

Si hablamos de límites (los que quizás separen la música pop de la religiosa), creo que nos enfrentamos a una doble dificultad. Por un lado, al querer modernizar la música litúrgica, a veces por ignorancia hay un mal uso de ritmos y canciones que se presentan sin la reflexión y el entendimiento necesarios de la liturgia. En ese sentido, es necesaria una separación más clara.

Pero, al mismo tiempo, creo que se ha construido un límite artificial entra la música de contenido religioso y la cultura pop. Esta falsa distinción entre religión y modernidad es la que, espero, está conciliando Siervas.

En la Iglesia católica, hay muchos grupos que hacen música religiosa que tiene un uso litúrgico. Incluso suena en la Adoración eucarística o ameniza eventos cristianos. Pero nosotras vimos que hay una gran necesidad de música que pueda llegar a quienes están más lejos.

Con Siervas, intentamos hacer una música que llegue a las periferias, a los católicos que se han descarriado, para los cristianos que no son católicos o incluso para los ateos. Hacemos música que puedes escuchar mientras conduces o mientras vas de casa al trabajo, en tu tiempo libre, música con un mensaje que pueda acompañar a la gente en su vida diaria.

No definiría nuestra música como “religiosa”. Es música con un mensaje que se emite en un formato pop, pop-rock, latin-pop. Queremos transmitir “de contrabando” el mensaje de Dios, para que pueda llegar a quienes no lo recibirían si se presentara en cualquier otro estilo.

– ¿Cómo se relaciona vuestra carrera musical con el carisma específico de vuestra congregación?

El carisma de nuestra congregación es servir a los necesitados. Trabajamos con pobres, discapacitados, sintecho, presas, entre otros servicios, además de nuestras obras misioneras. Escogimos el nombre de Siervas porque, a través  de la música, queremos ponernos al servicio del mundo moderno, que necesita mucho a Dios.

Dios tiene que ser anunciado en las periferias existenciales de las que ha hablado tanto el papa Francisco, y nuestra música tiene la misión de llegar a los corazones de quienes más necesitan a Dios. Además de dar esperanza y fuerza a los católicos que ya están comprometidos con su fe, queremos llegar a los ateos, a cristianos que se han distanciado de su fe y a todos quienes no conozcan nuestra fe.

Somos misioneras, hacemos música por Dios y nuestra música es el canal con el que podemos llegar a todas esas personas. Con la música nos ponemos al servicio de otros, en dos sentidos. Servimos al Señor al anunciarle a un mundo que tanto necesita de Su mensaje y, al mismo tiempo, la música es un instrumento que nos permite recaudar fondos para los necesitados, para que podamos ayudar a quienes viven en las periferias geográficas.

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