“Dios sabe que hice lo posible por la vida de mis nietos: ¡Se nos fueron los gemelos!”
Durante más de 30 horas “dieron la pelea” y conmovieron a un país que los observó luchar por conservar el don de la vida, pero el sistema de salud de Nicolás Maduro los condenó a la muerte. A Lian y Alan les arrebataron su derecho a vivir, mientras esperaban por una incubadora que nunca llegó, en el rico -pero cargado de miserias- país petrolero.
Hace menos de una semana llegaron al mundo los gemelos. Lo hicieron en el Hospital Domingo Luciani, donde recibieron con cariño a los angelitos nacidos tras 27 semanas de gestación. Necesitaban atención especial urgente, pero ni las denuncias viralizadas en redes sociales lograron tocar la fibra de las autoridades que “nada hicieron” para ayudarles.
Su abuelo, el periodista Juan José Ojeda, narró lo sucedido a través de una detallada serie de trinos en la red social Twitter, donde consiguió la solidaridad inmaterial de miles de personas conmovidas por su desgarrador testimonio.
En el hospital venezolano “no hay condiciones que garanticen la vida de mis nietos nacidos con apenas 27 semanas de gestación. Fui al Materno infantil de Caricuao, al Pérez Carreño y a la Concepción Palacios, y no ha sido posible encontrar disponibilidad para ellos”, clamó.
Poco después agradecía públicamente a quienes se preocuparon por la salud de su hija Josbely, la madre de los gemelos, y comenzaba a narrar el diario de una dramática odisea: “Ahora, recorriendo toda la ciudad en busca de un centro de salud que tenga cupo en su unidad de neonatología”… Pero no la consiguió. Al igual que con el de Nazaret, ¡Para sus bebés no hubo posada!