El Pontífice rememoró cada etapa de su 21 viaje internacional a America Latina: los abusos sexuales del clero, las protestas contra la Iglesia, la corrupción: “Aquí también hay”, dijo. Y la esperanza en los rostros de los fieles “Siempre hay conflictos también en la casa, manejar mal el conflicto es peor todavía, los conflictos no se resuelven escondiéndolos debajo de la cama…el conflicto se resuelve con el diálogo”, dijo el papa Francisco durante la audiencia general este miércoles 24 de enero de 2018 en la plaza de San Pedro.
El Papa centró su discurso en el reciente viaje apostólico en Chile y en Perú (15-22 de enero de 2018). “Un aplauso al Chile y al Perú. Dos pueblos buenos”.
Así compartió sus sentimientos y reflexiones al recordar los rostros de “las madres presas y de sus hijos” en Chile, el compromiso de la Iglesia “contra los abusos sexuales”. Igualmente, el abrazo a la realidad de los mapuches y de los pueblos originarios en Chile y Perú.
“¿Qué haría Cristo en mi lugar?”, declaró fue la cuestión que puso a los jóvenes en Chile parafraseando a San Alberto Hurtado. Y en Perú, exhortó a estar “unidos no en una uniformidad estéril”. Y reprodujo la condena a la corrupción: “La corrupción más peligrosa que un virus”. Y subrayó que aquí, en Europa, en Roma y en el Vaticano hay corrupción.
Luego, fue el momento de la solidaridad con las víctimas del Niño Costero de Perú. Citó su encuentro con los religiosos llamados a la misión y la alegría. Además, del modelo de los santos. Francisco agradeció por la acogida de las autoridades civiles y eclesiales por tanto “cariño y generosidad”.
El Papa reconoció el trabajo de los voluntarios. “¿Saben? ¡En cada país hubo 20.000 voluntarios!”, expresó ante los aplausos de los fieles y los peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro.
A continuación, los puntos claves de la revista del Papa sobre su sexto viaje apostólico por América Latina:
Chile
“Mi llegada a Chile había sido precedida por varias protestas, por varias razones. Y esto hizo que el lema de mi visita fuera aún más actual y vivo: ‘Mi Paz les doy”. En efecto hasta ayer se contaban 11 atentados contra iglesias católicas en el país andino.
En la reunión con las autoridades del país, “alenté el camino de la democracia chilena, como un espacio de encuentro….capaz de incluir la diversidad”.
Por ello, señaló el “método” de “escuchar”: en particular “a los pobres, a los jóvenes y a los ancianos, a los inmigrantes, y también a escuchar la tierra”.“En la primera Eucaristía, celebrada por la paz y la justicia, las Bienaventuranzas resonaron” (Mt 5, 9). Subrayó ahí la labor de los pacificadores.
Rostro de las madres presas y de sus hijos en brazos
Destacó que le impresionó el rostro de las jóvenes madres, “con sus pequeños en brazos” que visitó en la cárcel de Santiago. “Las alenté a exigir, a ellas mismas y desde las instituciones, un serio viaje de preparación para la reintegración, como un horizonte que da sentido a la pena diaria”.
Compromiso contra los abusos sexuales
Con los sacerdotes y consagradas y con los Obispos de Chile, dijo que experimentó dos reuniones muy intensas, “aún más fructíferas por el sufrimiento compartido de algunas heridas que afligen a la Iglesia en ese país”.
“En particular, confirmé a mis hermanos al rechazar cualquier compromiso con el abuso sexual a menores, y al mismo tiempo confiar en Dios, quien a través de este duro juicio purifica y renueva a sus ministros”.
Abrazo a la realidad de los mapuches
Rememoró las misas celebradas en Chile; en el sur y otra en el norte. “En la Araucanía, la tierra donde viven los indios mapuches, ha transformado la alegría y el drama de este pueblo, lanzando un llamado a una paz que es la armonía de la diversidad y el repudio de toda violencia”.
En el norte, “en Iquique, entre el océano y el desierto”, fue un “himno al encuentro entre los pueblos, que se expresa de manera singular en la religiosidad popular”.
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“¿Qué haría Cristo en mi lugar?”.
Asimismo, recalcó los encuentros con los jóvenes y con la Universidad Católica de Chile para “ofrecer un gran sentido a la vida de las nuevas generaciones”. Allí dejo la palabra programática de San Alberto Hurtado a los jóvenes: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”.
Y en la Universidad propuso un modelo de formación integral, que traduce la identidad católica en la capacidad de participar en la construcción de sociedades unidas y plurales, donde los conflictos no se ocultan sino que se manejan en el diálogo”.
“Siempre hay conflictos también en la casa, manejar mal el conflicto es peor todavía, los conflictos no se resuelven escondiéndolos debajo de la cama…el conflicto se resuelve con el diálogo”, dijo mirando al público presente.
Perú
En Perú, el lema de la visita fue: “Unidos por la esperanza“. Al respecto, explicó: “Unidos no en una uniformidad estéril, sino en toda la riqueza de las diferencias que heredamos de la historia y la cultura”.
No a colonización e ideología
El encuentro con los pueblos de la Amazonía peruana fue emblemático y lo consideró un primer paso para el Sínodo Pan-Amazónico convocado para octubre de 2019.
Recordó su encuentro con la gente de Puerto Maldonado y con los niños de la Casa de Bienvenida “El pequeño príncipe”. “Juntos dijimos “no” a la colonización económica e ideológica”, expresó.
Corrupción como un virus
Dirigiéndome a las autoridades políticas y civiles de Perú, djo haberse centrado “en las dos realidades que más lo amenazan: la degradación ecológico-social y la corrupción”.
“No sé si ustedes han escuchado hablar aquí de corrupción. No solo en esas partes hay. También aquí. Es más peligrosa que un virus. Se mezcla y arruina el corazón. ¡Por favor digan no a la corrupción!
“Y comenté que nadie está exento de la responsabilidad frente a estas dos heridas y que el compromiso de contrarrestarlos les concierne a todos”.
Solidaridad con las víctimas del Niño Costero
En Trujillo, Perú, en su primera misa pública, explicó que se conmovió con las 30.000 víctimas del “Niño Costero”, fenómeno que “golpeó duramente a la población el año pasado”. Y las alentó a reaccionar.
Pero, también sostuvo “ante otras tormentas como el hampa, la falta de educación, trabajo y vivienda segura”.
Religiosos llamados a la misión y la alegría
“En Trujillo también conocí a los sacerdotes y consagrados del norte del Perú, compartiendo con ellos la alegría del llamado y de la misión, y la responsabilidad de la comunión en la Iglesia”.
“Les insté a ser ricos en memoria y fieles a sus raíces. Y entre estas raíces está la devoción popular a la Virgen María”.
El modelo de los santos
También en Trujillo tuvo lugar la celebración mariana en la que coronó a “la Virgen del Puerto, proclamando que “la Madre de la Misericordia y la esperanza”.
El último día del viaje, el domingo pasado, tuvo lugar en Lima, con un fuerte acento espiritual y eclesial.
“En el santuario más famoso del Perú, en el que honramos la pintura de la Crucifixión llamado “Señor de los Milagros”, me encontré con cerca de 500 religiosas de vida contemplativa: un verdadero “pulmón” de la fe y de la oración para la Iglesia y para la sociedad”.
“En la Catedral hice un especial acto de oración por la intercesión de los santos peruanos, al que siguió el encuentro con los obispos del país, a quienes propuse la figura ejemplar de San Toribio di Mogrovejo”, sostuvo.
A los jóvenes peruanos ha mostrado “a los santos como hombres y mujeres que no pierden tiempo para “maquillar” su propia imagen”, sino que siguen a Cristo con esperanza.
Unidad de los cristianos
Tras explicar cada etapa de su 21 viaje apostólico, el Pontífice ilustró que un grupo de niños enfermos también participaron de la audiencia conectados a través de la imágenes de una gran pantalla desde el aula Pablo VI para que no sufrieran el frío del invierno romano.
El Pontífice al final pidió rezar por las dos naciones visitadas. Asimismo, en el contexto de la semana de la oración por la unidad de los cristianos invitó persistir en esta intensión igualmente con acciones.
Apelo por el Congo
El papa Francisco apeló por la paz en la Republica Democrática del Congo “lamentablemente nos llegan malas noticias”. “La Iglesia sólo desea contribuir a la paz”. manifestó. La audiencia general terminó con el rezo del Padre Nuestro.