En su homilía, el papa Francisco recordó las consecuencias dolorosas que “todavía están presentes en tantas familias, especialmente aquellas que todavía no pudieron reconstruir sus hogares. También por esto quise estar y rezar aquí con ustedes”.
Lo hizo en la segunda ciudad de Perú, en la costa norte, para presidir la misa en honor de ‘Santa María Porta del Cielo’ en la explanada de la playa de Huanchaco este viernes 20 de enero de 2018.
“Ustedes, al igual que los apóstoles, conocen la bravura de la naturaleza y han experimentado sus golpes. Así como ellos enfrentaron la tempestad sobre el mar, a ustedes les tocó enfrentar el duro golpe del «Niño costero”, dijo el Papa.
“Sé que, en el momento de oscuridad, cuando sintieron el golpe del Niño, estas tierras supieron ponerse en movimiento y estas tierras tenían el aceite para ir corriendo y ayudarse como verdaderos hermanos”.
“El aceite de la solidaridad, de la generosidad”, como aceite para las lamparas, que iluminan para salir de los momentos más oscuros. Y desatacó los “innumerables gestos concretos de ayuda”.
Alrededor de un millón de personas aplaudieron las palabras del Obispo de Roma: “A esta eucaristía traemos también ese momento tan difícil que pone muchas veces en duda nuestra fe. Queremos unirnos a Jesús. Él conoce el dolor”.
En esta tierra de pescadores golpeados por la calamidad natural (22.000 damnificados), el Papa sostuvo que Dios no es ajeno “a lo que sentimos y sufrimos”, al contrario, “en medio del dolor nos entrega su mano”.
Hoy, en el penúltimo día de su visita al Perú y del viaje apostólico que lo llevó incluso a Chile, Francisco se trasladó de Lima a Trujillo. Allí rezó por todos los afectados por las consecuencias de las lluvias e inundaciones provocadas por el fenómeno del ‘Niño costero’ en abril de 2017.
Para estos ‘hermanos’ pidió el apoyo en la “caridad fraterna” y para que puedan superar la adversidad. Incluso, la crónica destaca que ayer tuvo lugar un incendio en un barrio popular de la ciudad. Habló de sacudones en la vida que debe encontrar a la comunidad unida.
Subrayó que los peruanos de estas tierras costeras fueron cirios vivos para “paliar el dolor y compartir lo que tenían desde su pobreza”.
Secar lagrimas
El Papa explicó que podemos compartir la acción divina de Dios como lo hacen “una madre” que “busca secar las lágrimas de sus hijos”. “Qué linda pregunta la que nos hará el Señor a cada uno de nosotros: ¿cuántas lágrimas has secado hoy?, destacó.
La solidaridad y la esperanza indicó que no se improvisa y que mucho menos “se compra”. “El alma de una comunidad se mide en cómo logra unirse para enfrentar los momentos difíciles”.
El Papa indicó que la fe abre a tener “un amor concreto, no de ideas, de obras, de manos tendidas, de compasión; que sabe construir y reconstruir la esperanza cuando parece que todo se pierde”.
Tormentas sociales
En este sentido concreto, el Pontífice exhortó a ver las otras tormentas que “pueden estar azotando estas costas” y que tienen efectos devastadores. Estas tormentas sociales que destruyen “la confianza mutua tan necesaria para construir una red de contención y esperanza”.
Se refirió a las tormentas contra la comunidad y el valor del espíritu. Y denunció la “violencia organizada como el «sicariato» y la inseguridad”; “la falta de oportunidades educativas y laborales”; “la falta de techo” para las familias que viven en “zonas de alta inestabilidad”.
Esperanza
“Los peruanos no tienen derecho de dejarse robar la esperanza”, dijo el líder de la Iglesia católica.
“Quiero decirles: no hay otra salida mejor que la del Evangelio: se llama Jesucristo”. “Él lo transforma todo, lo renueva todo, lo conforta todo”.
Instó a no “naturalizar lo que nos hace daño, no hacerlo una cosa natural: lo que nos seca el espíritu y lo que es peor, nos roba la esperanza”.
Virgencita de la puerta
Por último, el Papa muy consciente de la devoción popular dijo: “Sé del amor que esta tierra tiene a la Virgen, y sé cómo la devoción a María los sostiene siempre llevándolos a Jesús”.
“Pidámosle a ella que nos ponga bajo su manto y que nos lleve siempre a su Hijo; pero digámoselo cantando con esa hermosa marinera: Virgencita de la puerta, échame tu bendición. Virgencita de la puerta, danos paz y mucho amor”, concluyó.
Después de la misa, el Pontífice recorrerá diversos puntos de la ciudad a bordo del Papamóvil, para luego tener un encuentro eclesiástico en el seminario San Carlos y San Marcelo.
Seguidamente, Francisco tiene programado encabezar una celebración mariana de la Virgen de la Puerta, en la Plaza de Armas de Trujillo. Su retorno a la ciudad de Lima está programado esta noche.
Hoy celebramos a...