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¿Qué le ha dado México al mundo?

GUILLERMO DEL TORO

Shutterstock-Kathy Hutchins

Jaime Septién - publicado el 17/01/18

La respuesta de Guillermo del Toro nos hace reflexionar sobre las bellas cosas que nos han dado México y los mexicanos

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Tras ganar el premio de los Globos de Oro como mejor director por la película “La forma del agua”, en conferencia de prensa una periodista de la agencia china Xinhua le preguntó al cineasta mexicano Guillermo del Toro lo siguiente:

Usted tiene la habilidad de ver el lado oscuro de la naturaleza humana; la fantasía y el terror. Pero también es una persona alegre y amorosa… ¿Cómo encuentra ese balance?

La respuesta del director provocó risas y aplausos en la sala de prensa:

Porque soy mexicano…*

Más adelante, agregó:

Nadie ama más la vida que nosotros, los mexicanos, porque estamos conscientes de la muerte. Apreciamos la vida porque vivimos con la muerte.

¿Es ésta una aportación singular de México al mundo? Probablemente sí. Esa cercanía con la muerte, producto del México profundo, del pasado prehispánico, ha tamizado toda la cultura mexicana hasta convertirla, como en la reciente película “Coco”, en un tema cinematográfico que ensalza no solo la libertad y el amor, como decía del Toro en su respuesta ampliada a la periodista china, sino la misma vida y el valor fundamental de los mexicanos: la familia.

Por lo demás, ¿qué ha aportado México al mundo?

Sumariamente, en la cultura, la mejor experiencia de “conquista espiritual” y la inculturación del cristianismo que se haya dado en la historia humana, sobre todo a partir de la recepción del Evangelio por parte de los indígenas y los pueblos originarios que habitaban el Valle de Anáhuac (donde se asentaba la Gran Tenochtitlan).

Desde luego, el arrollador culto a Santa María de Guadalupe, quien escogió la colina del Tepeyac para quedarse entre los mexicanos, los americanos y el mundo entero, como “no hizo nada igual con alguna otra nación”. Los naturales entendieron, perfectamente, el códice estampado en la tilma de San Juan Diego. Y le hicieron, junto con los franciscanos, su “casita” que hoy es el santuario mariano más visitado del mundo.

La lista de las aportaciones culturales pasa por el teatro de Juan Ruíz de Alarcón, la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, la prosa de Alfonso Reyes, el genio creador de Octavio Paz, la arquitectura, además del extraordinario barroco mexicano, del premio Pritzker, Luis Barragán; el estudio del medio ambiente de Mario Molina o los esfuerzos pacifistas de Alfonso García Robles (ambos, premios Nobel). También el muralismo con Rivera y Orozco, entre los principales, así como el sincretismo maravilloso de la pintura de los oaxaqueños Rufino Tamayo y Francisco Toledo, el surrealismo de Frida Khalo o la música, con la invención del Sonido 13 de Julián Carrillo y la altura del compositor clásico Manuel M. Ponce.

En la parte de las plantas medicinales destaca el peyote, los hongos, el tabaco, la Raíz de Jalapa o la Cabeza de Negra. Entre las plantas industriales, el hule, el guayule, el chicle, el algodón mexicano, la fibra de henequén, la esponja y la cera vegetales, los frijoles saltarines y la Raíz de Amole. En cuanto a las plantas tintoreras, destacan el añil mexicano, la grana cochinilla y el Palo de Campeche.

En el terreno de las flores, México ha dado al mundo el cempasúchil (que es la flor amarilla que colorea el Día de Muertos y de la que está llena la animación de la película “Coco”); la Nochebuena, la dalia, la orquídea, el nardo y cientos de especies de cactáceas y suculentas. Por lo que respecta a los minerales, desde luego la gran dádiva de México al mundo ha sido la plata y el arte de la platería.

En los que respecta a los alimentos, el principal es el maíz y sus productos como las tortillas, los tamales y el atole. Pero también están el cacao, el chocolate, la mancerina, la vainilla, el frijol, el chile, el aguacate, el tomate, el cacahuate, la papaya, el nopal y el café. Como platillos están el mole, el guacamole y la barbacoa (la forma de cocinar en vaporera o a fuego indirecto es invención de los antiguos mexicanos).

En el tema de las “bebidas felices”, México ha dado al mundo el tequila y el mezcal del agave (el agave azul tequilana es propio de México) y del maguey, el pulque. En los deportes destaca la charrería y en las vestimentas, el charro, pero también los sarapes y los rebozos y, desde luego, en la música los sones del mariachi que no pueden faltar ni en fiestas ni en cualquier tipo de celebración mexicana y, ahora, en muchos países del planeta.

Cientos de escritores, artistas han visitado, amado, alucinado a México. Dalí decía, por ejemplo, que jamás volvería a México porque era un país “más surrealista” que su propia pintura, mientras que García Márquez lo consideraba su casa, pues aquí había tenido a sus hijos, había escrito sus libros y había sembrado árboles. Pero la que define mejor a los mexicanos es la de san Juan Pablo II: “¡México, siempre fiel!”

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