Aleteia logoAleteia logoAleteia
sábado 20 abril |
Santa Inés de Montepulciano
Aleteia logo
Actualidad
separateurCreated with Sketch.

Venezuela: El triunfo de la abstención es un mensaje con destino

VENEZUELA

Wilfredo Rodríguez-(CC BY-NC-ND 2.0)

Macky Arenas - Aleteia Venezuela - publicado el 11/12/17

No es aversión de la ciudadanía por la democracia, sino un "voto-castigo"

El centro de investigaciones Pew Research Center (PRC), ubicado en Estados Unidos, realizó un reciente estudio indagando acerca de la perspectiva de progreso que han tenido las personas en los últimos 50 años. Los venezolanos afirmaron, en su mayoría, que se sienten peor en la actualidad.

El estudio fue realizado a 43.000 personas de 38 países. 72% de los venezolanos encuestados por PRC indicaron que su vida es peor que hace 50 años, es decir, en comparación con los años sesenta. Ciudadanos de otras nacionalidades como México (68%) y Nigeria (54%) también manifestaron sentirse peor en la actualidad.

El problema se agrava para los venezolanos cuando no hay respuestas a esa realidad, no solo por parte del gobierno, el cual parece tener un plan de sometimiento de la población por la vía de la hambruna, sino tampoco por parte del liderazgo de la oposición al cual, de tanto usar el voto, “se le rompió el amor”, como cantaba Rocío Jurado.

La abstención en la elección de alcaldes el día de este domingo fue brutal. Si bien es cierto que los comicios regionales y locales nunca motivan al elector como una elección presidencial, lo ocurrido fue devastador y la lectura -¡cuidado!- no es aversión de la ciudadanía por la democracia, sino el voto-castigo hacia un sistema electoral que comprobadamente -durante casi dos décadas sufragando con ocasión y sin ella- carece de transparencia y por ende de eficacia.

El oficialismo ganó 300 de las 335 alcaldías, pero el elector tiene la convicción de que igual se las iba apropiar por la vía arbitraria, encarcelaría o exiliaría a los titulares y confiscaría sus presupuestos, como ha sido usual. El voto-castigo fue esta vez para un liderazgo opositor que desdeña esta perversidad. Los resultados, obviamente, no reflejaron las preferencias políticas de los venezolanos.

Una expresión masiva de hastío que muestra, no a un país resignado y menos confundido, sino a una sociedad políticamente combativa que ha hecho de la abstención –equivocada o no- la manifestación más clara de su protesta y la evidencia más contundente de su convicción de que no es por vía electoral, al menos no en estas condiciones, la idónea para deshacerse de una dictadura de las características de la venezolana.

Tan es así, que la Unidad Democrática (MUD) ha declarado –por primera vez- “fraudulentas” las elecciones de ayer desmereciendo cualquier esfuerzo por llamar a votar e indicando que, tanto los que se abstuvieron como los que votaron, tienen su reconocimiento. También, por primera vez, no satanizan la protesta por la vía de la abstención electoral.

Sucede que la incoherencia en el discurso -cosa que no pasa desapercibida al ciudadano y acaba con la credibilidad de cualquier actor político- estriba en que se acudió, hace apenas semanas, a elegir gobernadores en las mismas circunstancias y esta vez, esos mismos partidos que se abstuvieron de hacer campaña, mantenían candidatos apoyados subrepticiamente.

La demoledora abstención ya se veía venir, el liderazgo no podía contenerla y para nadie fue una sorpresa, como tampoco el cálculo del régimen sobre la participación, a simple vista abultado en comparación con el absoluto estado de abandono de los centros electorales: nadie dio el más mínimo crédito a la vicepresidenta del Consejo Nacional Electoral cuando aseguró que la participación fue de 47,32% con 9.139.564 electores que asistieron a ejercer su derecho al voto reconociendo, no obstante, la notoria merma con respecto a las elecciones municipales del 2013.

La soledad de los centros de votación era una clara apelación a la rectificación, no ya del gobierno del cual nada se espera, sino de una conducción opositora que desmerece las urgencias y opta por atajos que siempre proporcionan oxígeno a un gobierno agotado. Fuera de Venezuela parece que esto se ve cada vez más claro.

De las lecturas que se ofrezcan a la jornada de ayer depende la democracia el Venezuela y la lucha que, a partir de este momento, está orientada a la sobrevivencia y a una agónica resistencia que tomará otras vías, acicateada por las necesidades más urgentes de la población, esas que no figuran en las agendas políticas que permanecen arropadas por la obsesión electorera. Una obstinación que ha colocado en segundo lugar la atención a la debacle económica que bulle bajo el manto de tranquilidad que invisibiliza el tremendo drama social. Una tormenta que subyace, la verdadera bomba de tiempo sobre la cual se desplaza el país.

El proceso estuvo plagado de irregularidades. Algo muy típico bajo condiciones ventajistas en este tipo de regímenes es el control: ayer era común, sobre todo en zonas populares, ver a dirigentes del PSUV y milicianos pidiendo chequear el código QR del llamado “carnet de la patria” en los puntos rojos luego de ejercer el derecho al voto.

Hubo casos en los que estaban dentro de los centros de votación, lo cual está expresamente prohibido por la ley electoral. Igualmente proliferó el voto asistido y la suplantación electoral, hechos que generaron denuncias en todo el país a pesar de lo cual ni el CNE y el Plan República (los militares) implementaron correctivo alguno.

En la región capital, la oposición retuvo los municipios que ya gobernaba. El régimen, no importa cuanto maquille las cifras, sabe que ni siquiera sus propios miembros de mesa acudieron, muy a pesar de que existen sanciones penales previstas para esa clase de ausentismo. Para nada extraño que el oficialismo haya ganado 21 capitales de estado: era el juego de pago y me doy los vueltos.

Si algo se puso de relieve en el proceso de ayer es el débil respaldo que mantiene el presidente Maduro, aun cuando se derrochó los recursos que se niegan a hospitales y mercados para motivar a la gente a votar y efectuar su traslado pagado hasta los centros de votación. Eso debía hacer que la espina dorsal del tren gubernamental sintiera el frío de un filo de hojalata que amenaza desde los estómagos de las grandes mayorías desasistidas. La oposición, por su parte, ha sentido el sabor del peligro de saber que hoy no convoca a los inmensos y entusiastas contingentes de venezolanos que fue capaz de arrastrar para ganar la Asamblea Nacional y arrebatarla al gobierno hace apenas un año.

Y los venezolanos parecen haber entendido que por peregrinar de urna en urna, eligiendo funcionarios que calienten sillones, no se avanza en el rescate de la democracia. Que hay que exigir auténtica unidad de propósito y de acciones a quienes -irresponsablemente divididos por apetencias individuales- pretendan liderar la demoledora mayoría nacional que repudia al gobierno. Que para ello deben salir de la zona de confort electorera y aportar alternativas de lucha distintas, porque es su deber como dirigentes, deber ineludible e intransferible que los llama y les corresponde como a nadie más.

Quizá sea esa la mejor lección y el mayor logro de la jornada cumplida este domingo cuando la gran mayoría de los venezolanos se quedaron en sus casas en actitud de desacato a unos procesos electorales que jamás reflejarán su voluntad ciudadana. Ganó la abstención y eso no es una tragedia, es un mensaje. Dios quiera tenga destino.

Tags:
eleccionesvenezuela
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.