El buque Cantabria patrulla las aguas del Mediterráneo para rescatar a los inmigrantes que tratan de llegar a Europa y, sobre todo, detener a los traficantes de seres humanos
La Cuaresma está llegando a su fin. No olvides a Aleteia en tu ofrenda cuaresmal
para que brille la esperanza cristiana.
¡Apoya a Aleteia!
El mar Mediterráneo se ha convertido en un gran cementerio. Solo en 2017 han muerto en él 2.726 personas, lo que supone casi la mitad de las víctimas migrantes de todo el mundo según la Organización Internacional para las Migraciones. La lista sería más abultada de no ser, entre otros, por el buque de aprovisionamiento de combate (BAC) Cantabria, de la Armada española, que desde el 31 de agosto ha salvado a un millar de personas del mar.
«Esto es solo una parte de las 50.000 personas rescatadas por el conjunto de unidades navales que, como el Cantabria, participan en la Operación Sophia de la Unión Europea desde el verano de 2015», explica a Alfa y Omega José María Fernández de la Puente Millán, comandante del buque Cantabria.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.