El cáncer de ovario (CO) es un tumor ginecológico poco frecuente pero el de peor pronóstico ya que en el 80% de casos se detecta en una fase avanzada El cáncer de ovarios es el tumor más agresivo que del sistema reproductor femenino porque los síntomas son inespecíficos y cuestan de identificar.
Por esto es muy importante que cada mujer esté atenta a una serie de “cambios” que se pueden producir, sobre todo, a partir de los 65 años en mujeres postmenopáusicas, ya que es la edad en la hay una mayor incidencia.
Atentas a los síntomas
Frecuentes: hinchazón abdominal, dolor pélvico y abdominal frecuente, sensación de sentirse llena e hinchada, pérdida del apetito.
Ocasionales: necesidad de orinar frecuentemente, estreñimiento o diarrea, dolor de espalda, cansancio, pérdida o aumento de peso repentino, náuseas y vómitos, sangrado y alteraciones del ciclo.
Según los expertos, uno de los factores de riesgo para desarrollar un cáncer de ovario se podría relacionar con la exposición a altos niveles de estrógenos, es decir, haber tenido la primera menstruación antes de los 12 años o la menopausia después de los 50.
Otros factores se asocian a la obesidad, la terapia hormonal sustitutiva (THS) o, los antecedentes familiares (madre, hermana o hija).
En el 80% de los casos el CO se diagnostica en una fase avanzada pero los avances que se producen en relación al tratamiento del cáncer albergan grandes esperanzas.
Actualmente, existen varias opciones terapéuticas pero la estrategia que mejores resultados aporta consiste en realizar una primera cirugía, lo que se conoce como cirugía citorreductora, mediante la extirpación macroscópica de la totalidad del tumor y posteriormente, un tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia.
Ponerse en manos de cirujanos expertos
La cirugía representa más del 70% del éxito del tratamiento y, en este sentido, el Dr. Juan José Torrent, cirujano oncológico ginecológico del Hospital El Pilar de Barcelona afirma que “estas intervenciones quirúrgicas son muy complejas y deben realizarlas profesionales entrenados en este tipo de cirugías”.
Hay diversas publicaciones científicas que confirman esta visión aunque la realidad es que, la mayoría de mujeres, delante de un diagnóstico de cáncer de ovario, priorizan la inmediatez de someterse al tratamiento antes de informarse y decidir ponerse en manos de un cirujano experto.
Nuestro objetivo, dice el Dr. Torrent, “es garantizar la correcta extirpación de los márgenes del tumor para no dejar células cancerosas que hayan traspasado y afectado a otros órganos de la cavidad abdominal”.
¿Qué pruebas diagnostican el cáncer de ovario?
Aparte de la exploración pélvica y la citología que se realizan durante las revisiones ginecológicas periódicas, para llegar al diagnóstico se prescriben pruebas complementarias:
- Análisis de marcadores tumorales mediante una analítica que mide el marcador CA-125. Una alteración es una primera señal de alerta
- Ecografía transvaginal, una técnica de ultrasonidos que detecta masas abdominales anormales
- TAC y/o RMN abdominal y pélvica para valorar si hay afectación a otros órganos y se detecta la presencia de implantes peritoneales
Si tienes dudas y quieres información hay mujeres que han pasado por ello y pueden ayudarte. Están organizadas y son las comunidades más activas porque quieren contribuir a dar a conocer la enfermedad.
Contacta con la asociación de pacientes afectadas por cáncer de ovario de tu país. Hay también delegaciones a nivel internacional.
Si además, quieres involucrarte y participar en la difusión de la enfermedad tienes tu oportunidad: el 8 de Mayo es el Día Internacional del Cáncer de Ovario (World Ovarian Cancer Day). Ya sabes, con pequeños granos de arena se construyen grandes catedrales.