Varios servicios afectados y suspensión de clases en instituciones de Manabí y Santo DomingoEste domingo para Ecuador fue un día de pánico y por momentos hizo revivir lo acontecido en abril 2016 cuando terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter en la zona costera dejara un saldo de más de 600 muertos, además de miles de desplazados y zonas afectadas.
En esta oportunidad, la magnitud fue levemente inferior -6 grados en la escala de Richter con epicentro en Manabí- y el número de afectados no fue superior a la decena. Sin embargo, el recuerdo de lo acontecido un año atrás, además del movimiento en zonas que habían sido resentidas por aquel terremoto, generó una situación de pánico e incertidumbre entre los locales.
“Salimos rápido porque estoy cerca de casas que están todavía resentidas del terremoto que hubo (el año pasado)”, cuenta una lugareña a la prensa local.
Algo similar sucedió en Guayaquil, donde algunos medios lograron registrar a gente corriendo por una de las avenidas al pie de la Iglesia San Francisco.
Si bien en esta oportunidad no hubo que lamentar víctimas fatales ni daños similares a los ocurridos en 2016, los efectos se hicieron sentir y se registraron daños estructurales, cortes de electricidad, además de la suspensión de clases este lunes en varias instituciones de las localidades de Manabí y Santo Domingo.
Por decisión del #COEProvincial se suspenden las clases en 5 unidades educativas de #Manabí para precautelar la seguridad de los estudiantes y docentes. @diazfabr @EducacionZ4_Ec @mabe_santos pic.twitter.com/ThoWaYQ3xJ
— Gᴏʙᴇʀɴᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇ Mᴀɴᴀʙɪ́ (@GoberManabi) December 3, 2017
Al mismo tiempo, debido a que el terremoto de 2016 activó una falla geológica, recuerda El Universo, las autoridades de Manabí se mantienen en alerta.
Entre otras cosas, se han evacuado diversos lugares como hoteles, por ejemplo. En otros sitios, como hospitales, se cayeron algunos revoques, pero sin que la situación pasara a mayores.
De esta manera, un sismo que se sintió en varias partes del país volvió a paralizar los corazones de los ecuatorianos, que aún mantienen en sus retinas lo acontecido hace poco más de un año. Mientras tanto persiste la alerta y solo resta esperar que se mantengan las medidas de precaución para proteger a los habitantes durante estas horas de caos e incertidumbre.