Una vez más las “buenas intenciones” y las desconfianzas se mezclan en una mesa de negociación entre oficialistas y adversarios con República Dominicana como marco de referencia. Esperanzas, de una parte, porque se abrió “la posibilidad de un diálogo verdadero”; de la otra mucho recelo y casi ninguna expectativa.
Y razones no faltaban para una y otra postura: la comunidad internacional ha puesto mucho interés en este nuevo intento y resultaba cuesta arriba para las partes –cada una con un discurso pro diálogo- no acudir a esa mesa. Pero, en contraste, los hechos no son como son y para muestra un botón: la Ley contra el Odio, en plena vigencia.
Recordaba Julio César Moreno -diplomático y analista político- en vísperas de la reunión dominicana, “que esa Asamblea Constituyente aprobó el pasado 8 de noviembre la Ley Constitucional contra el odio, por la convivencia pacífica y la paz ciudadana, en la que se suprimen los derechos constitucionales que garantizan la libertad de opinar o disentir”. Obviamente, con una ley totalitaria como ésta, resulta imposible pensar en una próxima elección presidencial democrática sin candidatos inhabilitados y con medios de comunicación en capacidad de ejercer sus funciones en plena libertad. De allí las ojerizas y las interrogantes instaladas en la opinión pública.
La delegación que viajó a Santo Domingo anunció, en boca del expresidente de Fedecámaras Jorge Roig, los cuatro puntos a debatir con el gobierno: 1-Elecciones libres sin inhabilitados, 2- canal humanitario, 3- liberación de presos políticos, y 4- restitución de las facultades de la Asamblea Nacional. No se ha mencionado el espinoso pero fundamental tema de la Asamblea Nacional Constituyente.
Tres jesuitas también habían comentado haciendo eco a las angustias y temores de la sociedad venezolana, en la antesala de esta jornada en República Dominicana. Por el peso específico de su prestigio en el país, sus alertas y puntos de vista han tenido trascendencia. Han puntualizado en lo fundamental y aportado luces en medio de tanta opacidad:
El archileído sacerdote jesuita, Luis Ugalde, escribió en su más reciente artículo de prensa: “La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) pretende ser supraconstitucional, es decir dictatorial, que puede juzgar, condenar, hacer o deshacer todo lo constituido. El régimen, agobiado por su fracaso total, se sacó de una manga la ANC”. Y advirtió: “Si Venezuela quiere salir de esta tragedia, rescatar su Constitución y la vida democrática, es indispensable la negociación con buen acompañamiento internacional. Pero sería una locura acoger como moneda de cambio la pretensión gubernamental de reconocer la supraconstitucionalidad de la ANC, creada para matar la democracia y la Constitución”. Pero ese punto no está sobre la mesa dominicana.
El rector de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), P. José Virtuoso (sj), sostiene que “hay expectativas encontradas” en relación al diálogo entre el Gobierno y la MUD, estos días 1 y 2 de diciembre. No obstante, sostiene que es “un gran avance” el hecho de logra una mesa de negociación (…) Hay expectativas encontradas (con el diálogo) y la oposición dividida profundamente.
Superar eso es una tarea vital. Yo sí creo que el liderazgo opositor que está conduciendo este proceso tiene una terrible responsabilidad y es tratar de juntar los dos cables, lo que va a pasar en esa mesa con toda la preparación y del clima a favor de ese proceso”.
Y se expresó así ante la inevitable curiosidad periodística: “Creo que desde el Vaticano, que ha sido un actor clave en todos los intentos iniciales de acercamiento, así como la misma iglesia venezolana, andan con prudencia, se hacen preguntas como toda la sociedad con respecto a este proceso. Por las malas experiencias pasadas, el Vaticano está en todo su derecho de desconfiar y la iglesia venezolana también, porque lamentablemente la iglesia fue utilizada, vamos a esperar si los actores muestran compromiso”.
El padre Pedro Trigo fue el más tajante, en su condición de pieza fundamental en el Centro de investigación y Acción Social de la Compañía de Jesús en Venezuela: “La oposición y más en general los ciudadanos que no están con el gobierno, no podemos aceptar más negociación que la que se dé para superar la infamia que estamos viviendo (…)
Si la oposición, cambio de lo que sea y con las restricciones que sea, reconoce a la Asamblea Nacional Constituyente, o son unos vendidos o son unos inconscientes que dan lo más a cambio de lo menos, que dan lo decisivo a cambio de paliativos (…) Los venezolanos tenemos que estar claros de lo que está en juego. Sería gravísimo ceder precisamente cuando el gobierno está acorralado, en las últimas, por su planteamiento equivocado y por su pésima actuación. Por eso instamos a los negociadores a no traicionar a los venezolanos”.
Así, en esas tonalidades está el debate público en Venezuela.
Los países que serán garantes de este diálogo piden “seriedad” en esta nueva ronda que gobierno y oposición iniciaban este viernes, conversaciones enmarcadas en un proceso de negociación política en busca de condiciones para las elecciones presidenciales, pautadas para 2018. El encuentro se realiza en Santo Domingo, República Dominicana.
La Mesa de la Unidad Democrática está representada por una delegación presidida por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Julio Borges, y cuenta con la participación de sectores económicos y de la sociedad civil.
Cada parte se ve forzada a ocupar su puesto en esa mesa. La MUD necesita éxitos para superar las tremendas divisiones en el seno de la oposición, que el papa Francisco –por cierto- comentó preocupado hace algunos meses, lo que le valió estridentes chillidos de desaprobación.
Hoy tiene más razón que nunca. Por su parte, el gobierno se sienta, no por razones políticas sino por la presión económica que le plantea el tremendo fracaso en sus políticas y el colapso del país sumido en la más espantosa crisis social y humanitaria que haya conocido desde las guerras del siglo antepasado. Una crisis brutal agravada por las sanciones internacionales.
Estas conversaciones contarán con la facilitación de los cancilleres de México, Chile, Paraguay, Bolivia y Nicaragua. También economistas, intelectuales, sindicalistas y otros miembros de la sociedad civil serán parte de la comisión, lo cual tiene como objetivo garantizar transparencia del proceso.
La ONG Foro Penal –una de las más emblemáticas, activas y respetadas en el país- cuestionó la falta de claridad de propósitos y objetivos por parte de la oposición sobre los casos de los presos políticos ante el proceso de diálogo. Los presos, vale destacarlo, han pedido encarecidamente “resultados, no un pliego de intenciones”.
Lo cierto es que este encuentro comienza signado por la excesiva exposición mediática en lugar de haber aprendido la utilidad del comedimiento y la prudencia. Los reality-shows no son aconsejables en coyunturas tan complejas.
Roguemos al Espíritu Santo que se de una vueltica alrededor de esa mesa que estará abierta entre hoy y mañana en República Dominicana.
Hoy celebramos a...