“En Minka damos empleo en un sistema de trabajo flexible a mujeres de comunidades de alta vulnerabilidad social. Creemos que a través del diseño podemos impactar de manera positiva a nuestra comunidad”.
Ésta es la carta de presentación de esta marca de moda encargada de desarrollar accesorios “eco-friendly” en Chile. Precisamente, esta empresa ha sido distinguida en la reciente edición de Chile Emprende Social 2017, un evento dedicado a darle visibilidad a las mejores propuestas con soluciones que manifiesten impacto social.
“Emprende Social 2017 tiene como gran objetivo apoyar el desarrollo de proyectos que estén orientados a mejorar la calidad de vida de las personas, y que a la vez, representen una buena oportunidad de negocios para sus creadores y les permitan generar ingresos en el tiempo con proyectos que sean un aporte para nuestra sociedad”, indicó a La Nación el gerente general de Caja Los Andes, Nelson Rojas.
Con las chicas de @minka_cl aprendiendo el maravilloso trabajo que realizan https://t.co/00gQr8qC4x
— Virginia Demaria (@virginiademaria) June 8, 2017
Los productos desarrollados por Minka tienen la particularidad de ser elaborados por mujeres de comunidades vulnerables, entre ellas las reclusas del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, lugar que visitará el papa Francisco durante su visita a Chile en enero de 2018.
Gracias a la propuesta de Minka estas mujeres pueden hacer con sus manos los que quizás nunca su hubieran imaginado.
Tal es el caso de Ruth Salinas, cuyo testimonio es reproducido en el propio sitio web de la empresa.
“Minka despertó mi imaginación para crear con mis manos (…) Hoy orgullosa de mis logros, seguir es mi anhelo, para seguir trabajando y aprendiendo como hasta ahora”, expresa la mujer.
En el mismo sentido se expresa M. Rodríguez (sic), otra de las reclusas que forman parte de este proyecto. “Me gusta el taller Minka porque he aprendido cosas que nunca se me había ocurrido y me gustó aprender. No sabía que tenía tanta facilidad para las manualidades en mis manos”, indica.
“Estar en Minka ha sido una oportunidad para sentirme útil sin importar donde estoy”, reafirma Claudia Escobar, una tercera mujer del centro penitenciario.
Entre los productos que elaboran estas mujeres se pueden encontrar aros, cintillos, pulseras, regalos corporativos, entre otros. Por otro lado, estos logros –que son remunerados- son posibles gracias a la capacitación constante que reciben estas mujeres, pues en todo momento reciben, expresa la empresa, apoyo en cuanto “técnicas textiles, nociones de diseño y hasta autoemprendimiento”.